Una vez, en 1982, en plena gira de Tattoo You, Mick Jagger, borracho desagradable, llamó desde el bar del hotel donde se hospedaban Los Rolling Stones en Los Ángeles en medio de la madrugada a la habitación de Charlie Watts.
-Baja de una maldita vez, ¡eres mi baterista!
Con su paciencia inglesa Charlie Watts colgó el teléfono. Se bañó, se vistió, se puso su mejor traje y bajó al bar. Con sus manos poderosas, las mismas que habían llevado el ritmo de la Banda más Grande del Mundo, tomó del cuello a Jagger y lo dobló. Si no fuera por Ron Wood que desocupaba una de sus botellas de vodka lo hubiera asesinado. Antes de soltarlo, Jagger, la diva, tuvo que recibir esta sentencia
-Nunca se te olvide maldito que tu eres mi cantante.
Watts era la autoridad de los Stones, el alma rítmica, uno de los tres miembros de la banda que arrancaron desde el inicio en 1962 después de la muerte de Brian Jones en 1969. A diferencia de otros grupos eran Watts y Keith Richards los que ponían en marcha la compleja estructura de los Rolling Stones. “Sin él no hay grupo” afirmó en Vida, su autobiografía, Keith Richards. Watts vivió años complicados a comienzos de los ochenta cuando un incipiente alcoholismo y una profunda adicción a la cocaína, vicio que azotaba al grupo, amenazaron con desviarlo del camino. Se recuperó y llevaba casi cuatro décadas sobrio.
Mientras Richards y Wood desocupaban y destruían bares en plena gira, Jagger saludaba a mandatarios locales y se acostaba con modelos, y Bill Wyman –viejo verde- perseguía adolescentes, Charlie se refugiaba en su cuarto de hotel con su esposa. Nunca sintió una pasión demoledora por el rock, lo de él eran los caballos y su vida en un castillo en las afueras de Londres. Seguía en las interminables giras porque se ganaba una fortuna en ellas, no por el sexo, la droga y el rock and roll. En el 2006, en plena gira de A biggers bang, sufrió una recaída en un viejo cáncer. Se curó a punto de empezar los conciertos. Ahora, 15 años después, el viejo fantasma volvió a aparecer y esta vez no pudo acompañar, por primera vez en 60 años, una gira de los Stones. Fue reemplazado en la gira que acaba de arrancar en los Estados Unidos por Steve Jordan. Los hinchas de los Stones rogábamos por que se recuperara. Pero no, a los 80 años sucumbió a una larga enfermedad. Acaba de morir el hombre, empezó el mito.
