Colombia era la segunda Casa de Lorent Saleh donde contaba con un expresidente como protector. Se presentaba como líder del grupo estudiantil Operación Libertad, movimiento de oposición al chavismo. Llegó a Bogotá perseguido por el gobierno de Nicolás Maduro y estaba en trámite de buscar status de refugiado político cuando fue detenido y expulsado de inmediato hacia Caracas. Su cercanía con grupos neo nazis y sectores cercanos al paramilitarismo parece estar más que confirmada con los tres vídeos que han aparecido después de su expulsión en los que figura planeando toda suerte de acciones terroristas y militares para desestabilizar la frontera entre Colombia y Venezuela.
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Saleh era más que un simple estudiante. Comenzó con visitas esporádicas a Colombia pero después de un tiempo se instaló definitivamente en Bogotá. Se hizo amigo de diferentes personalidades cercanas a la política comenzando por el expresidente Álvaro Uribe a quien conoció a través de la representante María Fernanda Cabal, candidata en su momento a quien le venía ayudando en su campaña a la Cámara por Bogotá. Accedió a distintos círculos políticos y de algunos sectores de las fuerzas militares hasta entrar a formar parte del grupo del hijo del General Uscategui quien aspiró sin éxito a la Cámara de Representantes por el Centro Democrático. Pero también se acercó al excomandante de Tercera Fuerza Eduardo Romano, quien últimamente logró visibilidad por su enfrentamientos en el foro de victimas de Cali.
En julio de 2012, Saleh apareció por primera vez a la luz pública en Colombia en el lanzamiento del movimiento político llamado Alianza Nacionalista por la Libertad, en la universidad UDES en el norte de Bogotá. Allí los oradores principales fueron: el líder del movimiento neonazi Tercera Fuerza, Diego Cubillos, el excongresista conservador Pablo Victoria y el venezolano Lorent Saleh. En esta oportunidad, Saleh reconoció que participó de la reunión, pero negó que se tratara de un lanzamiento de un movimiento Nazi al igual que Pablo Victoria quien explicó que quienes lo habían invitado le habían asegurado que ya no militaban en este tipo de organizaciones.
Su activismo fue tomando fuerza en Colombia y comenzó a ser invitado especial a los eventos políticos del Centro Democrático como el del 14 de agosto de 2013, cuando Operación Libertad llevó a cabo en la ciudad de Bogotá un conversatorio sobre la democracia en Latinoamérica con la presencia de María Fernanda Cabal, candidata, a la cámara del Centro Democrático; el periodista, Ricardo Puentes Melo y los candidatos al senado José Obdulio Gaviria y Paloma Valencia.
Posteriormente, comenzó a aparecer acompañando Óscar Iván Zuluaga en el momento en que unificó su candidatura con Marta Lucia Ramírez y acompañó a distintos dirigentes del Centro Democrático en la campaña.
Su talante lo hace ser un activista beligerante que no duda en tomar abiertamente posiciones críticas como lo hizo en Cúcuta cuando tuvo un altercado en el que casi se va a los golpes con el entonces candidato al Senado Antonio Navarro, a quien le reclamó por su permisividad con los abusos a los estudiantes en Venezuela y le sacó a relucir su condición de exguerrillero, señalamiento que provocó la reacción inmediata del entonces candidato al senado.
La Cancillería no ha dado mayores detalles sobre su deportación pero ha dicho que obedece a razones de seguridad nacional invocando las siguientes razones:
‘’El gobierno colombiano tomó en el día de ayer la decisión de expulsar del territorio nacional al ciudadano venezolano Lorent Enrique Gómez Saleh, con fundamento en el artículo 105 del Decreto 4000 de 2004, que establece que “se podrán expulsar los extranjeros que a juicio de la autoridad migratoria, realicen actividades que atenten contra la seguridad nacional, el orden público, la salud pública, la tranquilidad social, la seguridad pública o cuando existan informaciones de inteligencia que indiquen que representa un riesgo para la seguridad nacional, el orden público, la seguridad pública, o la tranquilidad social o cuando se haya comunicado por autoridad extranjera al Estado colombiano que, en contra de la persona se ha dictado en ese país providencia condenatoria o una orden de captura, por delitos comunes o se encuentre registrado en los archivos de Interpol”
El señor Saleh entró al país el 19 de febrero de 2014 bajo un permiso PIP6 que permite adelantar actividades académicas no formales en el territorio nacional por 90 días. Dicho permiso venció el 19 de mayo pasado y no se renovó, por lo cual el ciudadano venezolano entró en condición de irregularidad frente a la legislación colombiana.
En agosto pasado se presentó ante las autoridades de Migración. Después del pago de una sanción pecunaria de $400.417 se le otorgó el 27 de agosto un salvoconducto por 10 días con el fin de regularizar su situación y obtener una visa, la cual no solicitó. Con dicho salvoconducto no podía adelantar ningún tipo de actividad.
Todo indica que Saleh estaba en territorio colombiano realizando actividades proselitistas, expresamente prohibidas por las normas migratorias de Colombia, que llegaron incluso a la agresión personal contra personajes de la vida pública nacional.
Lorent Saleh tiene varios procesos en su contra en Venezuela y pesa actualmente contra él una orden de captura proferida por el gobierno venezolano.
El expresidente Álvaro Uribe y el exvicepresidente Francisco Santos salieron a reclamar por la deportación de Saleh y acusaron al presidente Juan Manuel Santos de colaborar con el régimen de Maduro al enviar estudiantes opositores y perseguidos políticamente. El caso de Saleh significará un nuevo enfrentamiento con el gobierno porque la suerte de Saleh en manos del gobierno venezolano no será nada fácil, teniendo en cuenta las pruebas que pesan en su contra y su condición de opositor al régimen chavista cercano al uribismo en Colombia.