-¿Quién es EPA Colombia?
EPA Colombia es una joven de extracción humilde que se caracteriza por su sencillez y su lenguaje desparpajado; es un fiel reflejo de la cultura popular urbana de los jóvenes. Una mujer auténtica, innovadora y rebelde.
-Un camino lleno de espinas
EPA Colombia es una joven echada pa lante; llegó a la fama como youtuber atravesando el camino en medio de burlas, críticas e incluso amenazas de quienes no soportaban este estereotipo de personas; aun así, su estilo se impuso y soportó el matoneo propio de las sociedades tercermundistas, donde existen supuestos puristas; personajes que, a la usanza de los criollos españoles del siglo XVIII asumen la defensa de la cultura, del lenguaje y de lo estético. Para muchos, EPA Colombia es solo una "ñera", una “guisa” que trató de salir adelante “sin ser una de los nuestros”.
Así fue tratada por su gente; por los colombianos; en especial por aquellos donde predomina el sentimiento conservador, religioso, arribista, machista y clasista; personas que normalmente creen que su cultura y su clase es superior a la suya propia.
Indudablemente esta joven, también, fue motivo de burla entre las personas adineradas; quienes comentaban mientras tomaban el té de las tres: “cuando veo un video de esta joven siento vergüenza ajena”.
-El estereotipo de los adolescentes
Al margen de sus voraces críticos, no se puede negar que EPA representa lo auténtico de los jóvenes humildes; de aquellos que son mayoría en Colombia. Adolescentes que forman parte de una sociedad conformada por "tribus urbanas" que les ofrecen
significados a los procesos culturales y sociales que ellos viven y que nutren sus creencias, costumbres, estereotipos y juicios.
Son adolescentes, cuyas mayorías están marcadas por la inmediatez, lo momentáneo, donde apoyados en las redes sociales construyen las sociedades de su entorno; las cuales, aunque no tienen identidad, permanentemente resignifican, dando nuevos significados a su visión del mundo y su forma de actuar.
-La protesta social
Cuando se presentaron las marchas en contra del aumento de impuestos que quería imponer el gobierno a las clases populares, los jóvenes salieron a protestar y allí se identificaron entre ellos, surgiendo, como factor común, la situación apremiante ante la vida; le mostraron al país que estaban rodeados por el hambre y la ausencia de oportunidades; sin embargo, el gobierno no busco soluciones de fondo; se enfocó hacia una represión violenta, donde impuso su autoridad para disolver las marchas, sin importar el caos que generaba entre los marchantes.
-Surge la primera línea
Para defender los marchantes de las acciones violentas del Esmad surge un grupo de jóvenes que devolvían a la policía las capsulas de gas; adolescentes que posteriormente fueron conocidos con el nombre de la primera línea; el gobierno reaccionó, ante tamaña osadía incrementando las acciones violentas y acompañándolas con mensajes, donde tachaban a estos jóvenes de vándalos; quienes estaban vinculados a grupos armados y recibían instrucciones de reconocidos terroristas internacionales; el gobierno y los medios de comunicación se encargaron de llevarle al país un mensaje de terror, cuyo contenido describía a estos chicos y chicas como terroristas que hacían parte de un plan macabro para tomarse el país, desestabilizando las instituciones.
-Aparece EPA Colombia
Es allí, en medio de esta crisis, cuando aparece Epa Colombia, quien había vivido en carne propia esa hambre y la falta de oportunidad de los jóvenes que la rodeaban y que en su ignorancia fue arrastrada por el ímpetu juvenil y se grabó rompiendo tres vidrios de una estación de TransMilenio (que al día siguiente ya habían sido reemplazados); sin embargo, ella era el personaje que necesitaba el Estado; el chivo expiatorio que le mostró al país entero y de forma contundente el delito que tipifica el daño en bien ajeno; ella misma se gravó y envió el video a todo el país; mientras que los verdaderos delincuentes continuaban haciendo daños a su antojo sin ser identificados.
-Un video indignante
Este video llenó la copa e indignó a una parte de la sociedad; quienes acudieron a la Fiscalía pidiendo para ella un castigo ejemplar. El primer absurdo; como muchas otras cosas que suceden en el país fue que pasaron un reporte de daños por 1.200 millones de pesos; el mismo valor que utilizó el Distrito para la ampliación de 33 vagones y la construcción de 12 nuevos, según La República del 29 de enero de 2019. No hay derecho.
-La demanda
El fiscal, "haciendo caso a los ciudadanos de bien", le instauró a Epa Colombia una demanda, acomodada a sus intereses, por los delitos de daño en bien ajeno, perturbación en servicio de transporte público, colectivo u oficial e instigación a delinquir con fines terroristas, pasando por encima del código penal; el cual, en su artículo 343, encasilla como terrorista a aquel “que provoque o mantenga en estado de zozobra o terror a la población o a un sector de ella”. En esta clase de personas engavetaron a EPA Colombia.
El 13 de marzo de 2020 el juez del juzgado segundo emitió sentencia, condenando a EPA a 46,2 meses de prisión, inhabilitándola de su oficio como influencer o youtuber y multándola con 25.42 SMLM; adicionalmente, le reconoció la suspensión condicional de la ejecución de la pena en prisión.
-Faltó el impacto mediático
Al Estado esta pena le pareció insuficiente. Para el Fiscal, no se había generado el impacto mediático de zozobra y miedo que se buscaba; era claro que la para la fiscalía, EPA Colombia se había convertido en el chivo expiatorio perfecto para dar un castigo ejemplar; por lo tanto, apeló buscando una condena mayor; su argumentó fue que Epa había preparado meticulosamente la rotura de los vidrios y había actuado con el interés doloso de aumentar el número de sus seguidores; con estos argumentos logró que la Sala Penal del Tribunal Superior de Bogotá aumentara la pena al considerarla una peligrosa terrorista que debía ser retirada de la sociedad; la condena aumentó a 63 meses y 15 días, pagaderos en prisión y se le fijó una multa impagable de 492 SMLV.
-El triunfo
Una vez leída la sentencia el fiscal Francisco Barbosa empezó a pregonar su triunfo y a mostrarse complacido por el trabajo realizado, “Me alegro profundamente por esta sentencia”; por otro lado, los colombianos quedaron atónitos por el esfuerzo y la dedicación que puso el fiscal en este caso; el de Epa, una mujer humilde, de escasos recursos, que se volvió empresaria; que le mostró a la sociedad su capacidad de salir adelante; al punto de mezclarse con las clases pudientes e incluso dormir en las mismas camas, cuando acudía a los hoteles de cinco estrellas sin robarse un solo peso; mientras tanto, se empieza a comentar que salen libres, por falta de pruebas o de investigación, cientos de casos de corrupción, donde se roban los dineros de los contribuyentes, reforzando la idea de que estas son personas que tienen, de una u otra forma, palancas políticas o que alguna familia prestante los respalda.
El objetivo fue logrado. Los colombianos, especialmente los jóvenes, son conscientes ahora del posible castigo que les espera si salen a protestar y caen en las manos de la justicia en medio de una represión violenta.
Estas acciones muestran cómo funciona la estrategia del uso del miedo como arma de dominación política y de control social.