No tienen capa de superhéroes, pero sí los poderes para evitar la debacle en la economía de Perú. Tres economistas han sido llamados a esa misión por el gobierno del recién posesionado presidente Pedro Castillo: Pedro Francke, el ministro de Economía, asesor de dos presidentes; Julio Velarde, director del banco central, el guardián del Sol y testigo de la política de siete presidentes; Socorro Heysen, la guardiana del sistema financiero.
El vienes 30 de julio sonó la campana de alarma. En la Casa de Pizarro, Pedro Castillo, ataviado con su infaltable sombrero, había jurado como presidente de Perú. No habían pasado 48 horas y ya estaba galopando entre el caos y la crisis. Los temores de quienes habían sacado los dólares a Miami parecían cobrar fuerza con la bolsa en picada del 6 %, los mercados al borde de un ataque de nervios y las casas de cambio con un letrero no visto: “cuatro soles por dólar”.
Pedro Francke, el asesor económico del presidente durante la segunda vuelta había dado un paso al costado cuando Castillo posesionó en el emblemático Ayacucho a Guido Bellido Ugarte como jefe del consejo de ministros, un político marxista semidesconocido del ala más radical de su partido Perú Libre. Una ficha de Vladimir Cerrón, el cuestionado líder, anclado en la izquierda latinoamericana del siglo pasado. Francke no sería el ministro de Economía.
Pedro Castillo había visto aflorar la primera crisis antes de posesionar el gabinete. Pedro Francke, que había llegado desde el equipo de campaña de Verónika Mendoza, candidata de izquierda, fue quien calmó las aguas del maestro rural después de la sorpresiva victoria en primera vuelta. El profesor de industrias extractivas durante 26 años en la Universidad Católica, el asesor de Alejando Toledo y Ollanta Humala, habló con empresarios y embajadores para asegurarles que no habría expropiaciones ni intervenciones en la moneda como Castillo había anunciado en sus mítines. Los mercados dieron un compás de espera ante la presencia del prestigioso economista que conoce los resortes del poder y se mueve con soltura en Lima, el centro de las grandes decisiones. Su ausencia en el gabinete de Castillo era la evidencia de la pérdida de los moderados. Era el regreso a la incertidumbre.
Con 14.000 millones de dólares fugados, los peruanos poniendo los dólares bajo el colchón -así lo conformó el director del banco central- los bonos con rendimientos negativos de 6,5 %, solo peores que los de Colombia, Argentina y Líbano, el sol perdiendo cerca de 9 % de su valor desde abril, y el estallido del viernes negro, la urgencia de una salida era más que manifiesta. Francke decidió dar el sí con la promesa del alejamiento de Cerrón del Ejecutivo y la retractación pública de los radicales. Casi un milagro que llegó con el trino de Bellido: “Pedro Francke tiene todo nuestro respaldo para la aplicación de la política económica de estabilidad”.
Pero en el aire también había quedado la discriminación de los campesinos del Perú profundo y el tratamiento de segunda a los habitantes de los Andes. Un tema que estará sobre la mesa del nuevo ministro Pedro Andrés Toribio Topiltzin Francke Ballvé, limeño, 60 años, economista, investigador, consultor experto en pobreza, salud y políticas sociales. Gerente de Essalud y director ejecutivo de Foncodes, programa nacional del Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social, y economista senior de desarrollo humano del Banco Mundial.
Francke abandera su propuesta de un cambio de las reglas tributarias del sector minero para beneficiar planes sociales. Algo que, al parecer, están dispuestas a negociar las grandes empresas, y empresarios como Roque Benavides, uno de los grandes mineros peruanos. De la nacionalización se pasó a más impuestos. El salario mínimo no se tocará, no se eliminará el sistema privado de pensiones. Su pensamiento es divulgado por él mismo porque escribe regularmente en periódicos, revistas y medios digitales. Es columnista de Hildebrand en sus Trece, Diario Uno y Wayka, y antes en La República. Su último libro ha sido como coeditor de “¿Exclusión e inclusión social en el Perú: logros y desafíos para el desarrollo?”, publicado por el Fondo editorial de la PUCP (Pontificia Universidad Católica de Perú) el 2017.
La otra pata del trípode económico es Banco Central de la Reserva de Perú (BRP), que ha tenido al frente el economista Julio Velarde, durante 15 años. Su continuidad como presidente de la entidad ha sido considerada clave para mantener la estabilidad macroeconómica y monetaria en el país. “Lo más importante es asegurar que haya coordinación entre la política económica y la política monetaria”, dijo el nuevo ministro a Bloomberg. Velarde parece dispuesto a dar el sí.
En Perú, Julio Velarde es un hombre de poder. Es un banquero prestigioso que ha recibido múltiples reconocimientos, como el de Banquero Central del Año a nivel global en 2015 y Banquero Central de las Américas en 2020 por la revista The Banker. Ha visto pasar siete presidentes en la Casa de Pizarro desde que en 2006 fue designado presidente del BCRP por Alan García. Para muchos es el mejor economista que ha tenido el Perú. Es también el más poderoso, aunque se sienta cómodo con el perfil bajo.
El BCR no es el único espacio en el que se pretende mantener a sus cabezas. Pedro Francke también le pidió a Socorro Heysen presidenta de la Superintendencia de Banca y Seguros (SBS) que se quede en el cargo para cuidar el sistema financiero de Perú.” Es bien importante, porque en esta circunstancia, luego de la pandemia, el sistema financiero hay que cuidarlo con mucho celo, y Socorro Heysen ha dado un gran aporte y va ser una gran noticia para Perú que pueda quedarse unos meses más”, dijo Frencke en una entrevista pocos días antes de que Pedro Castillo se posesionara como presidente.
Heysen, como Francke, es limeña, 61 años y economista por la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP). Viene de una familia de políticos, su padre Luis Heysen Inchustegui, aprista, fue senador y diputado constituyente, su hermano Luis Heysen Zegarra, fue también diputado. Tiene un máster en Economía por la Universidad de California en Los Angeles (UCLA), es una experta en regulación y supervisión de bancos y entidades microfinancieras. Desde agosto de 2016 el entonces presidente Pedro Pablo Kuczynski la puso al frente de la superintendencia, y ahora es considerada una pieza clave para dar confianza a los inversionistas.
Antes de dejar su cargo, Waldo Mendoza, entregó la cartera de finanzas manifestado que “las proyecciones económicas son favorables”. FMI, Cepal, Banco Mundial y el Banco Central de Perú también creen en la recuperación económica del país al cierre de 2021, tras los estragos del 2020.Las calificadoras de riesgo tienen a la economía en grado A3, tres peldaños por encima del grado de inversión. El trio limeño, con su bien ganada confianza, podría ser la garantía de que en el gobierno del nuevo presidente de la izquierda, la economía valga un Perú.