En el breve periodo de descanso que se dio antes de arrancar el rodaje de Cry Macho, la película que escribió, produjo y en la que encarna a uno de los innumerables vaqueros decadentes que ha hecho en toda su vida, Clint Eastwood jugó al golf con uno de sus mejores amigos. Cuando, bajo un sol incandescente, iban al hoyo 9, su acompañante le preguntó por el secreto de tan larga vitalidad y carrera: “yo no dejo entrar al viejo” fue su respuesta.
Mucha agua a recorrido bajo el molino desde que el actor fetiche de los Spaguettis Western de Sergio Leone dejó California para irse a filmar a Italia. Era el protagonista de una serie de televisión mediocre y su agente se había cansado de mandar su curriculum a los directores más prestigiosos de Hollywood. En esa época era un total descrédito trabajar en televisión. Su agente le consiguió un trabajo, viajar al desierto de Almería, donde Sergio Leone, eminente director italiano, filmaría una película con otras tres decadentes figuras de Hollywood: Eli Wallach y Lee Vant Cleef. Su amargura puede entenderse en la que tuvo Leonardo di Caprio después de verse en un bar con Al Pacino y este le informara que tenía que irse a Italia a filmar un western con Sergio Corbucci. Llevados por su estúpido chovinismo las estrellas de Hollywood pensaban que irse a Italia no sería más que un golpe en contra de su carrera. Se resignó y, sin mentes, echó a andar el proyecto. El haberse ido a Italia fue la mejor decisión. Por la trilogía del pistolero fantasmal que hizo con Leone su cara se volvió tan icónica para el western como la del mismo John Wayne. Regresó convertido en ídolo a los Estados Unidos y tuvo tanto poder que desde la época del setenta controla completamente todos y cada uno de sus proyectos.
Eastwood se convirtió en uno de los directores más respetados, incluso ganó el Oscar en 1992 por Los imperdonables, el drama donde un viejo pistolero, alcoholizado, retirado, decide regresar a matar por unas cuantas monedas. Oscuro, crudo y sublime, The unforgiven es una de las 20 mejores películas que dejó el siglo XX en Hollywood.
Como los Rolling Stones, se cree que Eastwood hará siempre su última película. Algo que dicen desde que lanzó Gran Torino en el 2008 pero nada que ver. En esa época incluso decían que estaba muriendo y que esa historia era su testamento fílmico. Pero desde entonces no ha parado su producción y como una máquina implacable va haciendo anualmente joyas como La mula, su penúltima película y Cry Macho la película que en este momento está haciendo y que marcará un hito: se constituye en el norteamericano más viejo en hacer una película.