Las redes sociales se han convertido en el confesionario de los famosos. Ahora es normal que cuando alguna figura pública comete un error, salga a gloriarse de buena persona en sus redes. Con lágrimas, caras largas y argumentos para validar sus acciones, lo que hacen parece más un show que una verdadera disculpa.
En un año tan caótico para el país, en el que han pasado tantas situaciones a nivel político y social. Los colombianos de bien no se han salvado de los escándalos. Han sido tildados de paramilitares, clasistas y con rabo de paja, pero no por azar, sino porque sus acciones lo confirman.
En pleno paro nacional el empresario Andrés Escobar salió con un arma a, según él, defender su patrimonio.
La dueña de la Feria Buró, Maria Alejandra Silva, le negó una pizza a un empleado de seguridad. Al joven que denunció el hecho lo sacaron a patadas de la feria.
El marido de Alejandra Azcárate resultó envuelto en un lío de incautación de 446 kg de cocaína en San Andrés. La avioneta estaba a su nombre.
Tres casos, tres momentos en los que colombianos de bien utilizaron las redes sociales para redimirse, o más bien, para excusarse por lo que hicieron.
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