Entendí que cuando se estaban armando candidaturas para las alcaldías, Petro le ofreció a Alejandro Gaviria la de Bogotá a nombre de una coalición amplia, por allá en marzo de 2019, que él declinó. También, que hubo coqueteos en las semanas pasadas para que Gaviria aceptase ser la fórmula vicepresidencial en el marco del “Pacto Histórico”. Por eso no comprendo cómo lo están descuartizando moralmente en redes, aparentemente con la complacencia de Petro. ¿Es Gaviria bueno si está conmigo y un perverso si no?
Todo parece indicar que Alejandro Gaviria se lanza al ruedo. No se sabe aún si lo hará con el aval de un partido político (se habla mucho del liberal) o si lo hará por el arduo camino de la recolección de firmas. En cualquiera de los casos, la sola mención de Gaviria como posible candidato ha producido reacciones que hacen preguntarse acerca de la aludida inconsistencia, aunque también encajan en el ambiente de intolerancia que prima en el debate electoral y, en general, en la política colombiana. Es decir, el comportamiento normal que uno esperaría que candidatos alternativos no tuvieran: pretender aniquilar al contendiente.
Es un gran error el que se está cometiendo. No resulta inteligente agredir a Gaviria de parte de las toldas del candidato con más fuerza. Sin duda, con las características de inequidad, agravadas durante la pandemia (aumento de la pobreza extrema), el descrédito del gobierno, la insatisfacción de millones de jóvenes sin esperanza, sin opciones laborales, quien ha logrado capitalizar caudal electoral, antes que cualquier otro pre-candidato, ha sido Petro. Parte, entonces, con claras ventajas. ¿Por qué comenzar a restar potenciales votantes por la vía de aniquilar a Gaviria en lugar de darle la bienvenida al debate, sembrando así semillas de posibles alianzas que pudieran dar frutos en el futuro?
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¿Por qué comenzar a restar potenciales votantes por la vía de aniquilar a Gaviria en lugar de darle la bienvenida al debate?
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El desorden y la dispersión del centro, la ausencia de liderazgo y, desde luego, el interés de la derecha de repetir el escenario del 2018, han catapultado a Petro como el contendor que Uribe y el Centro Democrático tanto quisieran con el fin de repetir la gastada fórmula de “o castrochavismo o nosotros”. Petro, excelente senador, valiente y meritorio, es hoy el candidato con mayores opciones. No obstante, ningún candidato la tiene ganada. En otras palabras, como dice el a-b-c de la política, para ganar hay que sumar. Para sumar hay que atraer y para atraer hay que respetar. Exactamente lo contrario de lo que están haciendo importantes voceros del petrismo con la complacencia de su líder.
Sorprendentes las acusaciones y los epítetos en contra de quien se quería de alcalde de Bogotá y luego de vicepresidente. Solo algunos trinos recientes contra Alejandro Gaviria:
“Una mucama de la élite corrupta y asesina. Otra mula que lleva encima al caballista genocida… cualquier otra opción diferente a @petrogustavo es la opción del Matarife”. “El apoyo de Samper Ospina nos indica que es el peor candidato a la presidencia”. “El candidato de Santos, de la derecha liberal y al cual Sarmiento Angulo le hará subir rápido en las encuestas. Están advertidos”. “Por culpa de Gaviria se hundieron 7 debates sobre la prohibición del asbesto, un material cancerígeno, solo por cuidar los negocios de Eternit…”. “Vean como Alejandro Gaviria se burla de los fallos de la Corte Constitucional respecto al derecho a la salud y cómo se opone al derecho de la tutela para garantizarlo…”
La esposa, los hermanos, el padre de Gaviria, atacados sin cuartel en la lucha por aniquilar moralmente a un candidato.
Es posible que algunos no entiendan que millones de votantes claman por el comportamiento respetuoso hacia los demás en este país diverso que clama por la reconciliación, condición para la paz amenazada. Están hartos de la cultura del aniquilamiento moral. Petro tiene que ser respetado y, así mismo, los demás candidatos.
De mi parte, como ciudadano, bienvenido al debate electoral Alejandro Gaviria, demócrata respetuoso, académico brillante, experimentado funcionario, honrado, defensor del proceso de paz. Bienvenido el respeto, ojalá también de parte del candidato con más opciones a la fecha y de sus seguidores. No es tarde para la enmienda, clave para sumar.
