Estoy viendo los Juegos Olímpicos por los canales de Claro. Caracol nunca estuvo entre mis opciones. No me equivoqué. Una vez mas sus productores volvieron a mostrar una pasmosa falta de imaginación al no arriesgarse a suspender al menos por un solo día La Voz Kids y transmitir en su señal principal, la que no necesita de cables coaxiales ni otras maromas, participaciones colombianas tan importantes como las de Ceiber Ávila, Yuberjén Martinez, Anthony Zambrano y hasta los cuartos de final del BMX donde Mariana Pajón dio una exhibición absoluta al ganar los tres hits. La final la pasó por la cantidad de quejas que recibió pero es preocupante que para las directivas del canal más popular del país sea más importante la retransmisión de Pedro el Escamoso que ver las hazañas de la más grande de nuestras deportistas olímpicas.
No voy a ver los Olímpicos por Caracol porque ese sancocherío de meter todos los deportes nos cierra la posibilidad del libre albeldrío, cualidad que si ofrece Claro. Los mexicanos han dado una verdadera demostración de cómo es que se transmiten los Juegos. Cuatro canales para abrir toda la visión del evento convierten al televisor en el Aleph. Además la calidad de sus narradores. En cada disciplina tienen a un experto que muchas veces es un campeón o un participante olímpico que te cuenta la interna, que te educa en deportes tan desconocidos para este pobre hincha del fútbol como son el tiro con arco, el badmington o el lanzamiento de disco. En Caracol todo lo transmiten y lo narran como si fuera un maldito partido de fútbol. Sólo en las pruebas de ciclismo de ruta y la crono tuvieron altura con los comentarios de la siempre acertada Georgina Ruiz-Sandoval y Santiago Botero que al menos fue ciclista y sabe de lo que está hablando.
Y más allá de la transmisión la vergüenza que nos producen las críticas del señor Oscar Rentería a nuestros deportistas olímpicos. Tendría algún mérito si el señor no le apuntara al Ministerio del Deporte o al Gobierno Duque teniendo pruebas a la mano del descuido en el que este gobierno tiene sumido al Deporte Olímpico reflejados en los recortes al presupuesto anual que vienen desde la presidencia de Santos. No, el señor no se atreve a criticar al Poder, lo que hace es disparar, como cualquier señor apoltronado en una mesa de tienda de barrio viendo el televisor, contra nuestros deportistas que hacen lo que pueden. Ojalá nuestras pesas, nuestro atletismo tuvieran los 12 mil millones de pesos anuales que empresas como Bavaria le entregan al fútbol. Pero esta gente se bandea con recursos propios, muchas veces teniendo que poner de su bolsillo pasajes y hospedajes de hotel. ¿Qué hace Rentería hablando de otra cosa que no sea el fútbol del Valle que es de lo único que sabe ya que ni las Ligas Europeas ve?
Debería tomar nota Caracol, hagan un esfuerzo y pongan a hablar a verdaderos especialistas para no decir, entre otras barbaridades, que Caterine Ibarguen perdió la corona, ¿estaban viendo un reinado?, si supieran otra cosa diferente a hablar de Millos y el Verde Antioquia sabrían que las medallas no se quitan, así que técnicamente nuestra diosa de ébano va a ser, por los siglos de los siglos, campeona olímpica de Rio.
Gracias a Claro recordé que uno también puede educarse viendo deporte. El gran pecado de Caracol y todo el periodismo deportivo colombiano es que, con contadas excepciones (¡Grande Nicolás Samper!) nuestros narradores sólo son eso, unos señores con sobrepeso que, como hinchas de barrio, gritan y putean cada vez que alguien hace un gol. Dios no es redondo.
