En el formato de inmigración que llenó en El Dorado de Bogotá al momento de aterrizar en Colombia a mediados de marzo, la alemana Rebecca Sprosser escribió que su visita de turismo respondía al sueño personal de aprender salsa en Cali. Llegó el Paro Nacional un poco más de un mes después de ella estar en la ciudad y ella en vez de irse, decidió quedarse indefinidamente apoyando las resistencias. Ese formato inicial se volvió su sentencia de expulsión.
Puerto Resistencia fue uno de los primeros lugares en los que Rebecca se puso por primera vez una capucha y se declaró Primera Línea. En sus redes sociales empezaron a pulular fotos de ella con sus nuevos compañeros acompañadas de mensajes de orgullo por considerarse a sí misma en resistencia como cualquier caleño concentrado en los 26 "puntos de resistencia" que se conformaron espontáneamente en la ciudad. Diariamente se la veía comiendo en las ollas comunitarias, tomándose fotos en las barricadas, siempre buscando relacionarse con los jóvenes que por semanas se enfrentaron casi que diariamente con el ESMAD. Aunque no hablaba mucho, el atractivo exótico de ser alemana y estar convencida de la causa del Paro Nacional en Colombia, le aseguró un lugar privilegiado entre integrantes de las primeras líneas, de quienes se ganó su afecto y su confianza.
Su historia saltó al marco nacional e internacional como una preocupación diplomática cuando, desde su cuenta de Facebook, Rebecca denunció el pasado 23 de julio un supuesto atentado que casi termina quitándole la vida. Según dijo, cuando se encontraba con uno de sus amigos de la resistencia a las afueras de un establecimiento comercial en el barrio La Ceibas del norte de Cali, fueron abordados por un sujeto que, sin mediar palabra, accionó 17 veces su arma en dirección a ellos. Su amigo recibió todos los impactos y ella resultó ilesa con pocos raspones.
Sin embargo, esta no sería la primera denuncia que la ciudadana alemana hizo durante sus meses como primera línea en Cali. El pasado 4 de julio, escribió que dos sujetos la asaltaron en el sector de San Antonio: "Cuando me rehusé a dar mi maletín y teléfono; nos peleamos y me arrastraron con la moto. Cuando los vecinos oyeron mis gritos vinieron para ayudar, así que tuvieron que huir. A pesar de algunas heridas e hinchazones estoy bien. No puedo opinar si fue un simple robo o ya otra cosa por las amenazas. Pero muchos me dicen que si me asaltan es porque ya es a propósito y para intimidarme o para quitarme las informaciones que hay en mi celular Resistencia".
Desde que su historia como manifestante de ‘Primera Línea’ en Cali, donde además indicó desarrollaba un trabajo periodístico, fue conocida por las autoridades alemanas, estas empezaron a contactarla por el tema de su estatus legal en el país, a donde ingresó como turista y de manera temporal. La embajada alemana en Bogotá quizo encontrarla usando hasta el Twitter del Embajador Peter Ptassek, pero ella ignoró todos los llamados.
"Seguimos con preocupación desarrollo de noticia sobre ciudadana (alemana) residente en Cali, Rebecca Linda Marlene Sprösser (34 años). Estamos en contacto con autoridades locales. Desafortunadamente, por nuestra parte no hemos logrado contactarla. Le pedimos contactar a la Embajada Bogotá", escribió el embajador alemán en Colombia. A dicho llamado también se unió desde su cuenta personal de Twitter la embajadora de la Unión Europea en Colombia, Patricia Leombart.
Cuando Sprösser iba a cumplir una diligencia ante la Fiscalía en Cali este martes 27 de julio, fue detenida por agentes de Migración Colombia. Su deportación era inminente e inaplazable, le notificaron. Hasta su casa fue escoltada para recoger sus pertenencias antes de ser llevada al aeropuerto Alfonso Bonilla Aragón en donde debió abordar un vuelo hacia Bogotá. Personal diplomático de la embajada alemana la habrían recibido en el aeropuerto el Dorado donde se tramita su proceso de deportación que la expulsara de Colombia oficialmente en las próximas horas. De Cali, Rebecca no se quería ir.
La expulsión se dio porque según Migración Colombia, Rebecca se encontraba adelantando actividades que no tenían que ver con su condición de turista, las cuales afectarían el orden y la tranquilidad ciudadana. La excusa fue también salvaguardar la integridad de Rebecca Marlene Sproesser, así como mantener el orden y la seguridad nacional.
La medida de expulsión le prohíbe a la ciudadana extranjera la entrada a Colombia durante el tiempo en que esté vigente la sanción y después, si todavía quisiera volver, deberá tramitar una visa para su ingreso.
Este es el comunicado de Migración Colombia:
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