La deforestación, agricultura a gran escala, sobreexplotación de la pesca y la extracción de maderas representan un problema para las especies nativas que se ven afectadas con la destrucción de sus hábitats naturales.
En el mundo los ecosistemas naturales se han reducido en un 47%, por factores como el aumento de la población, la expansión de las ciudades que en 27 años han visto un crecimiento acelerado y se espera que siga creciendo.
“Esa afectación se ve reflejada en la pérdida de los servicios ecosistémicos globales, por ejemplo la regulación del clima, la regulación del agua dulce que tenemos circulando en el planeta”, indicó Luz Marina Cárdenas, directora general del Instituto Sinchi.
En Colombia, esta pérdida de la biodiversidad enciende las alarmas, uno de los países más biodiversos del planeta lucha contra esta problemática a través de programas que permitan hacer un seguimiento a la exploración de recursos naturales, por eso se creó la Dirección para el Control de Daños Ambientales liderada por la Contraloría General de la República.
“Esta nueva dirección va a llevar a cabo nuevos estudios sectoriales y va a focalizarse en auditorías que permitan medir el impacto de ese daño ambiental que se está produciendo”, explicó Gabriel Adolfo Jurado, contralor delegado para el Medio Ambiente.
Daño ambiental que antes no se podía valorar en el país. “Era muy complejo decir qué valor podría tener un hallazgo fiscal cuando se derriban 100, 200 hectáreas de bosque. Lo que persigue esta metodología ahora es poder valorar ese daño fiscal y poderlo cobrar a los que están dañando el medio ambiente en Colombia”, añadió Jurado.
La nueva Dirección para el Control de Daños Ambientales realizará en este segundo semestre una auditoría general en todo el país para establecer los daños que está teniendo el ecosistema colombiano.