Que a estas alturas del desastre no salgan los puritanos a rasgarse las vestiduras porque me atrevo a usar en público el verbo cagar. No, pues qué delito tan atroz el mío. Y qué miedo. Ahora sí me van a excomulgar los monseñores de mi parroquial país del Sagrado Corazón. Oiga, usted señora pudorosa y mojigata. Escuche, viejo pícaro y sinvergüenza que usa corbata de seda pero mete la lengua en lugar prohibido. Uribe se cagó en Colombia y punto. O qué, ¿me van a crucificar, a torturar porque hago uso de un verbo castizo y limpio? Además, es muy usado en la buena literatura.
El mismo Cervantes lo usa en sus gloriosas letras, y también nuestro genio Fernando Vallejo se inmortalizó conjugándolo en El río del tiempo. El mismo hijo del hombre se encarnó para usarlo. Es un verbo digno y aseado. Puercos los hipócritas que adoran a ese viejito corrompido que lleva como cuarenta años acabando hasta con el nido de la perra, mejor dicho atormentando impunemente al pueblo colombiano. Puercos ellos que se escandalizan porque en la actual indignación algunos compatriotas usan o usamos palabras que nos dan un poco de oxígeno, o nos conceden el mínimo derecho del desahogo ante tamaña opresión del uribismo. Puercos ellos y fariseos que no hacen nada ante el uso y abuso en la conjugación de los verbos que transformaron a nuestro país en un oscuro cagadero: robar, mentir, desaparecer, exterminar, silenciar, perseguir, autoatentar, bombardear, amenazar, fusilar, masacrar, torturar, oprimir, patear, golpear, violentar, estafar. Ah, y dos verbos que se inventaron sus amigos dizque para meterle más miedo al sufrido y aguantador pueblo colombiano: falsopositivear y motosierrar. ¿Miedo? Uribe es tan sagaz que hasta nos quitó el miedo. Como decimos en Medallo: “¡parcero, pa las que sea, maldita sea! ”.
Pero les venía a hablar de popó, y vayan alistando toneladas de papel higiénico, porque mierda es lo que nos deja por herencia este viejito miserable. Por ejemplo, se cagó en la salud de los colombianos con la famosa ley 100. Se cagó en las horas extras de los trabajadores. Se cagó en el DAS, en la Policía Nacional, en la Fiscalía, en el Ejército, en la Presidencia, etcétera, etcétera. Porque todo lo que toca este dulce anciano se corrompe, se unta de sangre o de muerte. Se cagó hasta en la justicia porque en Colombia no existe la justicia. ¿Cómo es posible que este sinvergüenza convicto tenga centenares de investigaciones y ninguna prospere? Por si fuera poco los testigos de sus crímenes van desapareciendo como por arte de magia. Se cagó en el proceso de paz, en los acuerdos de paz, y ahora pretende cargarse en la JEP y en la juventud colombiana que no lo quiere ni poquito. Yo no sé por qué el señor Joe Biden no nos quita este problema de encima llevándoselo amarrado de patas y manos para los Estados Unidos. Carajo, ya estoy hasta la coronilla de este señor innombrable. Mierda, mierda.
