A mí me parece relevante la publicación de la foto de la cuestionadísima presidenta de la Cámara Jennifer Arias disfrazada de Gliselda Blanco. No entiendo el alboroto contra María Jimena Duzán. Tuve familiares mafiosos y nunca quise ser como ellos. Ni siquiera a los 12 años me daba por posar frente a un espejo con una pistola de juguete. Ni siquiera tuve pistolas de juguete. Tampoco puedo entender de donde, en este país de machistas, salió tanto feminista. Hablan de que la periodista atentó contra los códigos morales que cubren el movimiento de las mujeres develando una foto estudio, acaso tomada en Foto Japón, en donde una persona hace culto a la violencia. Además la señora Arias ya estaba en esa fotografía lo suficientemente grandecita para saber lo que hacía.
En la época en la que se tomó la foto ya habían pasado sobre ella varias tragedias familiares. Su papá había matado, según ella accidentalmente, con un arma a un hombre por el que fue condenado en 1993. Su hermano en el 2007, mientras ella representaba a su departamento, El Meta, en el Reinado Nacional de la Belleza, fue detenido en Estados Unidos por narcotráfico. No existen pecados de sangre, pero no puede ser que a la señora Arias la elijan presidente de la Cámara sólo por tener una cualidad: ser leal al presidente Uribe.
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No existen pecados de sangre, pero no puede ser que a la señora Arias la elijan presidenta de la Cámara sólo por tener una cualidad: ser leal al presidente Uribe
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Sin embargo no vengo a darle más palo a Arias que para eso tiene a corporaciones tan serias como Paz y Reconciliación investigándola, vengo a defender a Maria Jimena quien es tratada de Negra Candela por mostrar esa foto. Miren, no es un delito disfrazarse de mafiosa en Halloween. En ningún momento la Duzán lo está diciendo. Lo que es impresentable es que con el prontuario familiar ella, después de los 18 años, elija ese disfraz. Es tan bochornoso como si el hijo de Pablo Escobar saliera vestido de Vito Corleone en una foto tomada después de sus 18 años. Y eso que Juan Pablo Marroquín no nos debe ninguna explicación. Jennifer Arias sí porque nosotros le estamos pagando el sueldo y a mi me parece de lo más ramplón, la ordinariez más horrenda, eso de hacerse foto estudios y más si el personaje encarnado es una gánster con una pistola. El delito que cometió Arias es contra el buen gusto y eso no deja de ser preocupante. Lo más valioso que puede tener una persona es su criterio y Arias, con esas fotos, con esa devoción por Uribe, demuestra que no lo tiene. Sigue siendo triste que nuestros congresistas tengan tan bajo nivel cultural y moral. Y creo que eso era lo que quiso mostrar María Jimena.
Hace unos años The Sun publicó unas fotos del príncipe Harry disfrazado de nazi. Nadie cuestionó al periódico. Inglaterra combatió a Hitler y esto significaba casi que una traición a la patria. Lo mismo sucede acá, un país que ha sido devastado por la violencia narco debe guardarse de elegir congresistas que glorifiquen esa cultura. Entonces, ¿por qué le andan diciendo a María Jimena la nueva Negra Candela? ¿Por qué ahora les salió a deber? Lo triste es la manipulación en redes del uribismo, siempre en la acera opuesta del feminismo, haciendo alarde de progresismo defendiendo a una familiar de narco disfrazada de narco que además es la Nueva Presidenta de la Cámara y señalando de machista a una mujer con la valentía probada de Maria Jimena.
La foto la archivo y la meto en mi museo personal de la Infamia. No puede ser que crucifiquen a una periodista por mostrar la foto de una congresista haciéndole culto a la violencia. No puede ser la lobada y la ramplonería. Igual si a alguien se ha respetado en esta país es a la opulenta figura de un mafioso. Por eso le dicen acá Pablo a Escobar, como si fuera Neruda. Vergüenza absoluta.