En estos momentos, casi toda actividad a nivel mundial se ha vuelto diferente por culpa de la pandemia que nos azota hace ya un año y medio. En Colombia, sin embargo, el día donde se conmemora aquel estallido social que derivó en la independencia del país de la corona española será visto de una forma un tanto distinta a los anteriores años en que se ha conmemorado esta fecha tan importante.
En medio del estallido social, económico y político que vive el país desde hace casi tres meses ha habido actitudes y acciones cuestionables por parte de casi todos los actores visibles en medio de las protestas (la policía, el Esmad, los ministros, el presidente, incluso la llamada "primera línea" ha tenido sus propios incidentes). Debemos entender que en este momento lo único que no podemos hacer es seguirnos dividiendo cómo connacionales. De hecho, debemos cesar todos los actos que deriven en más caos y en más derramamientos de sangre. Así mismo, debemos evitar que más colombianos se vean obligados y con miedo a quedarse encerrados en sus casas, mientras a escasos metros de estas los manifestantes y la fuerza pública se enfrentan vigorosamente, como si de un duelo a muerte se tratase.
Hoy, 20 de julio de 2021, mi único deseo es que Colombia vuelva a independizarse, pero de la corrupción que solo hace estragos, de la violencia que nos azota hace 70 años y a la que no hemos podido encontrar fin, y de todo este caos que vive, porque esto no es un tema de izquierdas ni de derechas, es un tema del país, de nuestra nación. Debemos entender que la polarización política tan marcada que existe en Colombia solo nos ha hecho daño y nos ha hecho dividirnos aún más como pueblo y como compatriotas. En este momento, el mensaje es claro: el pueblo unido jamás será vencido, y si todos nos unimos contra estos enemigos comunes, lograremos salir victoriosos y formaremos la Colombia con que soñamos todos nosotros.