Dina Boluarte era conocida en los medios de comunicación por visitarlos, antes de incursionar en la política, para interesarlos en la cultura y las manifestaciones culturales de Apurímac, su tierra natal. Se precia de conocer entre las 3.500 variedades de papa de Perú, las de su región, la blanca, la huayro, o la deshidratada llamada chuño que puede durar en perfecto estado 20 años. Es de las que baila los ritmos de su tierra.
Hace 59 años nació en Chalhuanca, en la región surandina, más cerca de Cuzco que de Lima, a la que se tarda siete horas y media en auto. En Coratuse, fue maestra reemplazante a los 18 años, “esa fue mi primera chamba”. Años después buscó en dos oportunidades, dentro de la política, un cargo de elección popular. En el 2018 se postuló a la alcaldía de la municipalidad de Surquillo, -uno de los distritos de Lima de mayor crecimiento- y en el 2020 al Congreso en las elecciones extraordinarias. En ambas oportunidades falló.
Abogada de la universidad San Martín de Porres de Lima, allí mismo recibió una maestría en Derecho Registral y Notarial, que fue la carta de presentación para el cargo que ha ocupado por catorce años como jefa de oficina de una de las sedes del Registro Nacional de Identificación y Estado Civil (Reniec). Cuando se inscribió ante el Jurado Nacional de Elecciones (JNE) como postulante de Perú Libre anotó que tenía ingresos anuales de 66.520 soles, unos USD 17.000, una propiedad y una camioneta Honda de USD 26.000 a precios del 2018.
Acaba de llegar a la segunda posición política más importante del país como fórmula de Pedro Castillo, el maestro rural que, asido al enorme sombrero de Chota, su pueblo, y un lápiz gigantesco, construyó la imagen y la votación para llegar a la presidencia rompiendo todos los moldes de la política peruana en su historia democrática reciente.
Del Reniec a la vicepresidencia es un salto triple de Boluarte. En Perú, la vicepresidencia es un cargo que ha crecido en importancia entre la suerte de mandatarios que fueron destituidos o renunciaron acosados por las denuncias. Al vicepresidente Martín Vizcarra le tocó asumir la presidencia el 23 de marzo del 2018 cuando Pedro Pablo Kuczynski dejó el Palacio Presidencial en medio del escándalo de los “mamanivideos”. Los peruanos eligen dos vicepresidentes por si el primero no puede asumir el cargo, algo poco usual en el mundo. Pero esta vez Dina Boluarte es la única en la fórmula de Castillo porque Perú Libre inscribió como segundo a Vladimir Cerón -el director del partido- pero fue tachado por la justicia electoral debido a que tiene una condena por corrupción que lo inhabilita para ocupar cargos de elección popular.
Boluarte habla “golpeado” en la política. “Soy de un partido de izquierda” repitió como un mantra a los medios de comunicación que buscan develar quién es y qué piensa la vicepresidenta electa de Perú. Hay frases suyas que están haciendo carrera desde el comienzo de la campaña del balotaje, cuando se fue lanza en ristre contra el fujimorismo. “No queremos un Congreso obstruccionista como el que teníamos manejado por los fujimoristas, protector de los 'cuellos blancos', los 'hermanitos', de los corruptos. Si eso sucediese, seguramente será necesario cerrar el Congreso”, dijo ante los medios de comunicación. Y por si faltara algo más provocador, lanzó esta sentencia: “La clase media acomodada limeña seguramente dejará de ser clase media acomodada. Debemos darnos cuenta de que el Estado está ausente”.
La vicepresidenta no solo ha hablado de un eventual cierre del Congreso, también del Tribunal Constitucional y convocar una asamblea constituyente para hacer una nueva Constitución. En declaraciones al Canal N no dudó en afirmar que se revisará y negociará los tratados de libre comercio, en renegociar los proyectos mineros, y nacionalizar los recursos energéticos. “Nosotros queremos nacionalizar, poner nuestros recursos energéticos al servicio de la población”. En concordancia con lo que Castillo ha llamado Plan de Gobierno Perú al Bicentenario-Sin corrupción, en un documento de 17 páginas.
En campaña los comentarios más ácidos de Dina Boluarte contra la prensa con la que no comulgaba terminaban con la frase “Amauta Pedro Castillo presidente”. Amauta significa en quechua “maestro sabio”, en la Casa de Pizarro, el tiempo lo dirá.