Con merecida indignación, rabia y un gran sentimiento de impotencia el país ha recibido la noticia del abuso a unos menores por parte de un empleado de uno de los operadores del programa buen comienzo en la ciudad de Medellín, y la verdad es que no es para menos. La o las personas responsables de estos actos abominables deben ser capturadas de inmediato y recibir el máximo castigo que pueda darse por parte de la justicia. Aunque el pensamiento de la gran generalidad de la gente es que luego de capturadas estas personas deberían de ser torturadas hasta morir.
De nuevo el debate sobre la cadena perpetua o pena de muerte se ha puesto sobre la mesa y este caso parece que va a servir bastante para que se pueda adelantar esta necesaria medida legislativa en este país abundante de psicópatas.
Por otro lado es bueno que se abra otro debate del que nadie habla. ¿Qué tan necesario o tan beneficioso son estos programas de buen comienzo?
En internet y en diversos medios hemos encontrado kilómetros y kilómetros de verborrea escrita y hablada en pro de estos programas que alaban la entrega por parte de las familias de sus niños a una entidad publica-privada en dónde unos completos extraños a las familias y a los niños supuestamente les dan "un buen comienzo" a estos últimos.
Para darle fuerza a esta verborrea sin sentido y sin fundamento se le han dado en diversas ocasiones algunos galardones por reconocidas entidades nacionales e internacionales creando la sensación ficticia entre el público que esos programas son casi que una bendición del cielo que desciende para beneficio de todos.
La realidad es obviamente completamente diferente. La triste realidad es que todos esos programas no son sino un negocio y nada más. Esto quedó en evidencia en la mismísima ciudad de Medellín hace unos pocos meses. Varios grupos de poder se pelean por la adjudicación de esos contratos, ya que es que no es una menudita lo que se ganan en eso, después de todo siempre en Colombia la mezquindad en los negocios del estado con el sector público siempre han estado a la orden del día y no importa si los niños están en el medio.
Debemos pensar con cabeza fría y hacernos interrogantes tales como: ¿Por qué se nos ha ocurrido la idea de que un niño o niña desde los cero años va a tener un buen comienzo en la vida si es separado de su familia, sus naturales bienquerientes y puesto a disposición de unos funcionarios? ¿Qué buen comienzo puede ser ese para un niño si la realidad es que como lo establecen diversos estudios los cinco primeros años de vida son los que le dan forma al carácter y la solidez del individuo?
No es en realidad ningún buen comienzo que un niño tenga que ser cuidado en un galpón de colores por personal que es en la mayoría de las veces mal pagado y sobrecargado laboralmente para el beneficio económico de un amigo del político de turno.
La realidad de estos programas es que debido a la pésima gestión de la economía que tiene nuestra nación los padres de familia tienen que ir a rebuscarse algún medio de subsistencia y tienen que dejar a sus hijos en las manos de un extraño. En otras palabras los programas "Buen comienzo" y similares son una estafa que se sostienen y se promueven con bombos y platillos solo para que los mismos de siempre se sigan enriqueciendo con el dinero de los impuestos; más o menos lo mismo que el PAE, programa de alimentación escolar.
La solución a todo esto es una que si un mandatario se atreviera ejecutar le podría costar la vida y muchos ataques desde todos los flancos, razón por la cual es improbable que exista él o la valiente que lo intente.
En vez de pagarle a un operador, al que se le paga por niño para que les hagan un "buen comienzo" sería más provechoso que se le pagara a las mismas madres de familia para que se quedaran en casa y ellas mismas cuidaran a sus hijos. Esto ya lo ha podido vislumbrar la mayoría de la gente con respecto al programa de alimentación escolar PAE en esta pandemia pues en vez de darle a los niños la comida preparada se les ha dado a las familias el paquete de víveres correspondiente a la comida del niño: el resultado es que la comida se ha hecho visiblemente más abundante en la mayoría de los casos.
La verborrea sobre la imposibilidad de hacer algo así es que "las madres de familia no están preparadas para darle un buen comienzo a los niños por qué no tiene la formación psicopedagogía necesaria para ello...". Pues muy sencillo: se les dan charlas periódicas semanales o quincenales sobre la temática y listo.
En otros países se ha calculado que de todo el dinero que un estado recauda en impuestos solamente el 30% de este es regresado a los ciudadanos en la forma de servicios. En Colombia es difícil saberlo, posiblemente es menos y además de ser menos tenemos que los servicios que nos devuelve el estado son tóxicos y destructores de la dignidad humana como lo son estos programas.
La realidad es que los programas tienen que inflarse, parecer muy profesionales, llenos de gente con mucha formación, centenares de documentaciones y de palabrería en impreso y digital. Hay que parecer muy profesionales y con muy nobles intenciones, ese negocio no se va a hacer solo.
Si Colombia no tuviera tan pésima gestión de la economía, un solo miembro de la familia podría sostener a toda la familia y el otro podría cuidar los niños hasta una edad considerable para que ingrese a la escuela: los cinco años, antes de eso que nadie sino solo la familia (y no toda) es la que debería de ocuparse del cuidado de los niños, el vínculo de la madre y el niño es lo más sagrado que deberíamos de considerar y la ruptura de este por cualquier condición nos debería de parecer una violación a la dignidad humana.