“Profundo es el odio que en los corazones abyectos arde contra la belleza” escribió el filósofo y escritor alemán de comienzos del siglo pasado Ernest Jünger, palabras que ilustran el enfrentamiento de Pedro Ruiz con las diferentes tendencias estéticas contemporáneas, él las trasciende para acercarse a la belleza natural, a la belleza humana, a la belleza de los sentimientos a la vez que pone luz sobre tragedias sociales actuales como el glifosato, el narcotráfico, la heroína o el dolor de los desplazados. Ruiz no solamente busca su propia libertad artística sino que espera que “el arte que me salvo a mi salve también a otros”. Buen conocedor de la materia y de los materiales tanto en el dibujo como en la acuarela o la pintura, Ruiz busca que otros encuentren en su obra la salvación que él mismo encontró en el arte. La exposición Procesos exhibida en estos días en la galería Beatriz Esguerra, hace un recuento de su narrativa pictórica y escultórica, y expone el eje medular de su pensamiento y de su corazón impresos en toda su obra.
Love is in the air
En su primera época que llamó Love is in The Air, vuelan avionetas en un cielo azul que para el espectador parecen en una primera mirada un paisaje bucólico, pero una vez se hace el ejercicio que hay que hacer en toda su obra - mirar dos veces, mirar profundo, realmente observar - vemos que se trata de un tema álgido de toda actualidad, la fumigación con glifosato. El espectador de esta exposición en su versión original, avanzaba escuchando temas musicales norteamericanos en alusión a los otros actores de la fumigación.
La segunda sección de la exposición es Desplazamientos en donde una canoa lleva al protagonista de un desplazamiento, de un desprendimiento, cargando consigo lo que lleva en el corazón. En esta exposición son flores que aluden a la esperanza, a la solidaridad, a la compasión y al empoderamiento de lo femenino, no como género sino como condición humana. Dentro de esta serie hay un cuadro en particular que llama la atención por la cantidad de personajes que aparecen, un grupo de ancianos de las tres etnias comprendidas en el resguardo Cañomochuelo, atrapados entre promesas nunca cumplidas y las agresiones a las que están hoy sometidos, situación tan desesperada que ellos mismos han decidido autoextinguirse dejando de reproducirse. Con ellos se pierde la sabiduría de la conservación de los bosques. La venta de este cuadro, de lograrse, será destinada a un programa de formación de líderes indígenas de esa zona.
Ibargüen, 2018
El tercer aspectos de la expresión pictórica de Pedro Ruiz en esta exposición son Colombianas Ligereas, guerreras que llevan sobre la cabeza todo un mundo, en este caso la atleta Catherine Ibargüen tipifica esta idea. También incluye esta exposición restrospectiva, los pequeños bronces de su serie Manifiesta una serie que tuvo como tema la conservación de la naturaleza exhibida en pancartas representativas de las muchas caras de la naturaleza, la misma que es urgente conservar para evitar la catástrofe ambiental.
Vitamin C, 2020
Pedro Ruiz es un artista que propicia la participación como parte vital de su propia creación artística. Su serie Oro fue una de las más representativas de este aspecto, producto de su iniciativa de llevar su taller a diferentes regiones para que gente de diferentes culturas, siguiendo su pincel, diera rienda suelta a su expresión propia y reflexionara sobre el oro no como metal precioso sino como un ícono de lo que en la vida tiene valor, la belleza.
El valor más profundo de toda la obra de Pedro Ruiz está expresado aquí en sus propias palabras “Intento hacer un retrato verídico de lo que somos.”