Ciudadanos en todo el mundo se harán sentir para exigirles a sus líderes, a sus empresas y a sí mismos, cambiar los comportamientos y las economías para cuidar el planeta y todas sus formas de vida. “Cambio de sistema, no cambio climático” es uno de los lemas.
Desde marzo, la organización 350.org, que promueve movimientos globales climáticos, planteó la marcha para Nueva York. Se le sumaron otras organizaciones a convocar, como Avaaz.org, que promueve el activismo ciudadano en el mundo, y muchos ciudadanos poco a poco.
La gente podía inscribirse en la plataforma de internet como voluntaria para aportar de alguna manera la iniciativa. Bogotá fue la que más voluntarios inscribió en el mundo: más de 800 personas ofrecieron su apoyo. Por eso, la capital colombiana se suma a las demás ciudades de todos los continentes donde el fin de semana del 20 y 21 de septiembre habrá marchas masivas: Melbourne, Delhi, Johannesburgo, Lagos, Estambul, Berlín, París, Londres y Río.
Las marchas van a ambientar la cumbre climática que ocurrirá en Nueva York el 23 de septiembre. Buscan entusiasmar y presionar a los líderes del mundo a comprometerse con el planeta. Ban Ki Moon, el secretario general de las Naciones Unidas convocó el evento con el llamado a los gobiernos a “priorizar su energía política en el cambio climático”. Laura Rico, coordinadora de Avaaz.org para América Latina, cuenta que los “políticos no se han metido porque no es un tema taquillero, por eso, hay que demostrar que sí nos importa el tema”.
Con la premisa de que solo las exigencias y manifestaciones masivas ciudadanas han tenido triunfos para la humanidad, como los derechos civiles y los de las mujeres, esta gran movilización pretende marcar un hito en la historia. Para Rico, “es la primera y más importante marcha global sobre cambio climático”.
El encuentro de Bogotá será en el Parque Nacional a las 10.00 a.m. De ahí saldrá la caminata hacia el parque de los periodistas.
Bienvenido es todo el mundo. Las asociaciones de ciclistas lucirán sus ciclas como una de las alternativas más importantes para reducir las emisiones. Muchos de ellos llegarán disfrazados de animales. A las nueve se encontrarán en distintas zonas de la ciudad para confluir a las 10 en el parque nacional. Acá el volante para los ciclistas:
En triciclos de carga será transportado el grupo musical Latin Latas, que también tiene mucho que decir: sus instrumentos son hechos con “basura”, y sus aparatos electrónicos son cargados con “bici-generadores de Buena Energía”, esto es por el pedaleo de voluntarios, porque es el pedaleo diario el que va a hacer el cambio. El restaurante Wok, apoyará la marcha con afiches en sus restaurantes, niños de escuelas distritaless llegarán a apoyar artistas crean árbol de más tres metros con material reciclado para llamar la atención de la conservación de la reserva forestal Thomas van der Hammen, en Suba, un hermoso bosque alto andino en peligro.
Además, hay un grupo “Marcha Limpia” que dejará impecable las calles al final.
Avaaz.org, y un grupo de alrededor de 20 voluntarios se han encargado de la organización en Bogotá. Por ejemplo, Juan García, quien tiene un doctorado en inteligencia artificial, saca tiempo de su trabajo en el laboratorio para impulsar esta iniciativa, nos contó que “Por redes reales y virtuales”, han ido animando a la gente a participar. Con el logo del corazón verde ya posan los famosos:
La gente de Bogotá que se ha interesado por la marcha ha aterrizado el tema del cambio climático a las preocupaciones de la ciudad: el transporte público, los páramos y los humedales. Muy consecuentes con el lema “piensa global y actúa local” que es un mantra para temas ambientales.
Gente de otras ciudades, además, se está organizando para hacer manifestaciones sobre el clima. Todas iniciativas ciudadanas.
Pero no son solo ambientalistas los entusiasmados con la marcha. En el mundo hay 2000 grupos distintos que la apoyan, entre ellas empresas, sindicados, grupos religiosos, colegios, organizaciones de justicia y ambientales y muchos más. Una petición de Avaaz.org que exige a los líderes del mundo tomar las decisiones necesarias para tener a 2050 solo energías limpias, es apoyada cada segundo por personas de todo el globo y ya casi va a llegar a los dos millones de firmas.
La preparación de la marcha global ha sido larga y persistente. El siete de septiembre, dos semanas antes de la gran cita, fue presentado el documental “Disruption” en muchos sitios públicos y privados en Nueva York. El video arranca con una escena en 1968, el segundo viaje humano a la luna. Los astronautas se asombran de su desolación y soledad y piensan cómo la tierra es un oasis en la inmensidad del espacio. Aparece paulatinamente nuestro planeta en el horizonte como si amaneciera. Y luego el documental nos alerta: “el mundo no se ha acabado. Pero tal como lo conocemos, sí”. Y es que, a partir de la marcha, la tierra será otra, porque los humanos buscaremos cómo vivir de forma compatible con ella y con las otras formas de vida.
El propósito no es solo dejar fluir a las masas por las calles. También es articular a la gente y sus ideas. Por eso, entre el 19 y 21 de septiembre, Nueva York tendrá más de cien talleres para encontrar alternativas reales para cambiar el curso de la economía. Hay temas que son protagónicos, entre ellos, algunos que tienen mucho que ver con Colombia: por ejemplo, el carbón, que es pilar de nuestra economía y el fracking, una práctica de extracción de hidrocarburos que ya fue aprobada en Colombia, aunque gobiernos como el de Alemania han retrasado su uso por muchas dudas ambientales
Y con el fin del 21 de septiembre no mueren las iniciativas. El unes a medio día, miles de personas vestidas de azul, en alusión al mar, se tomarán la bolsa de Nueva York, incluso a riesgo de que las arresten. Exigen la transformación de un sistema económico que causa y se lucra de la crisis y además, que se sustenta en la explotación de comunidades, trabajadoras y recursos de la periferia, es decir, alejadas de los centros de poder y de las decisiones económicas.
Parece que hay ambiente para cambiar el clima mundial sobre el cambio climático . Y la idea de que es posible cambiar el rumbo del globo fue sustentada por un informe de la Comisión Global de economía y Clima que acaba de salir del horno. Lo que muestra es que en el mundo hay prácticas y tecnologías por todas partes para economías sostenibles. Fuerza para girar el gigante manubrio del clima, hay, pero está dispersa. Corresponde hoy articularla y pedalear.
