El alcance del paro debe apuntar a evitar la consolidación de la dictadura de las élites que camufladas en grupos afectos al gobierno actual son las responsables del estado de postración y de aislamiento que vive la mayoría de la gente en Colombia. Pregunto: ¿cuál gobierno en los últimos veinte años ha puesto su brújula y su accionar en favor de la mayoría de la población? Ninguno. Porque haciendo uso de todas las formas de lucha —como la guerrilla— se han atrincherado a defender sus privilegios con el apoyo soterrado o abierto de esos grupos que medran en el Congreso, en la Casa de Nari, y en las juntas directivas de las empresas grandes y en las de los gremios. Este gobierno es más de lo mismo, pero… peor. Porque ni siquiera sabe lo que hay que hacer, pero eso sí, la tarea que le ha encomendado el gran patrocinador Luis Carlos Sarmiento Angulo, sí la cumple a cabalidad y con creces, y más le vale que así sea. Por eso no quiere dialogar, y su lenguaje ante el clamor de sus gobernados es la brutal represión.
Tanto ruido con el estado, la constitución del 91, un país equitativo, un país donde quepamos todos, y tantas otras consignas vacías que a diario promulgan. Y saber que, en resumen, al país lo maneja un solo hombre que funge como dueño del circo, Luis Carlos Sarmiento Angulo. Sus directrices y sus acciones son obedecidas e instrumentalizadas por otra élite de personajes que, desde el congreso, hacen todos los cambios para que nada cambie. Y en esas estamos… Para el ciudadano común y corriente, no hay estado, no hay gobierno, no hay país. En el gobierno ya está toda la estructura diseñada para seguir en el poder y mantener los privilegios. Lo grave de todo este despropósito es que no se dedican a gobernar y a proteger honra, vida y bienes de todos los ciudadanos. Ellos llegan es a robar. Ellos diseñan las leyes que les llevan hacia el botín, miren la Ley 100 de la salud, los bonos del agua del superladrón Carrasquilla, los grandes negocios Reficar, Odebrecht, Hidroituango, Ruta del Sol, y muchos otros. Todas las entidades de control están bajo el mando de un pequeño grupo de políticos de todos los pelambres que son el “carrito” de Luis Carlos Sarmiento Angulo para lo mismo, mantener sus privilegios.
El problema gravísimo es que este mismo esquema se replica en los pequeños círculos de poder que son las entidades territoriales, de una manera perversamente análoga, veamos: los gamonales del pueblo son el equivalente a Luis Carlos Sarmiento Ángulo, el alcalde es el presidente Duque, los concejales son como los congresistas que le hacen mandados a los gamonales, a ese círculo cerrado no dejan llegar al que no se arrodille a sus decisiones y a su modus operandi, que finalmente llega al mismo objetivo : mantener el poder, mantener los privilegios.
Mientras tanto la gente haciendo hasta lo imposible para llegar vivos al finalizar cada día.
Cada día es un reto inmenso para una familia promedio en Colombia. Resolver lo del arriendo, la comida, la educación, la salud... y saber que vivimos en un país rico en recursos naturales, rico en recurso humano. De verdad, Colombia podría ser el país con calidad de vida hasta para el último de sus ciudadanos… Pero quienes están en el poder, sea municipal, departamental o nacional, están dedicados a robar para ellos. Están despojando, están actuando pensando solo en ellos y en desmedro de la pobre gente que es la mayoría, que no califica en sus decisiones y que cada día va perdiendo su razón de vivir y su esperanza. Por eso la gente está emputada, no hay derecho a aguantar esa caterva de ladrones. Y el descontento está latente en cada corazón. Basta ya de tanta ignominia, de tanto aplastar la dignidad.
Dieron con un muro de contención, el pueblo en general, dirigido por una gran masa consciente que dijo: ¡Ya no más…! ¡No más carreta…! Ya la gente no come carreta. Ahora la gente tiene más información, no es la misma de hace veinte años, es una población más educada y ese es el riesgo que están corriendo.
Presidente Duque: tus gobernados ya no son iletrados, ya no son ignorantes, ya crecieron en inteligencia, en consciencia y en discernimiento. Para que lo vayas sabiendo. ¿Tuviste la oportunidad en tu vida de hacer tu propia versión, pasar a la historia como un hombre honrado, bueno, decente como eras antes de ser presidente, pero la falta de cojones y la codicia mira donde te pusieron, con qué cara vas a mirar a tus hijos después de dejar el país mucho peor de cómo lo recibiste?
Preferiste ser un súbdito del innombrable. Que Dios te perdone.
Ningún presidente ha tenido los suficientes cojones para hacer una gestión personal, ¿a todos les han colocado la banda presidencial de rodillas?, ¿qué han hecho? Mantener y consolidar los privilegios para los dueños del billete gastándose la plata en todo menos en las necesidades de la gente Salud, educación, canasta básica, pensiones. Y así año tras año…
Cómo nos creen de estúpidos, hablando de resiliencia.
Hace unos años decía otro corrupto: o cambiamos o nos cambian… Y esa advertencia inocua, mentirosa, dicha por un payaso, no fue escuchada, como no han escuchado nunca a la gente del pueblo, y con esa indiferencia calculada. Los mismos con las mismas.
Los invitamos a dar ese golpe con el voto. Ya sabemos quiénes son los senadores y representantes que teniendo la oportunidad y la obligación de defender a la ciudadanía no lo hicieron y prefirieron vender su conciencia al monstruo de la corrupción.
¡No más! ¡Les vamos a demostrar que nada es para siempre incluyendo la estupidez!