Eran principios de los setenta y la carrera especial estaba desatada. Si bien la URSS fue la primera potencia en mandar a un hombre fuera del espacio, el emblemático Yuri Gagarin, Estados Unidos había convertido en realidad los viejos relatos de ciencia ficción de viajes a la luna. El 20 de julio de 1969 Neil Armnstrong se convertía en el primer ser humano en pisar la luna. Todo el mundo celebraba menos los soviéticos.
Estaban preocupados y necesitaban un golpe que los equiparara con los norteamericanos. Por eso se trazaron en 1971 en habitar una estación espacial. Se llama Salyut 1 e iba a ser habitada por los astronautas Vladislav Vólkov, Gueorgui Dobrovolski y Viktor Patsáyev quienes tripulaban la nave espacial Soyuz 11.
Salieron de la tierra el 3 de junio de 1971 y acoplaron a la estación cuatro días después. La idea era quedarse hasta el 7 de julio pero se presentaron problemas internos, peleas entre los tres astronautas y, además problemas técnicos misteriosos como un incendio dentro de la estación. Así que el 30 de junio se devolvieron a la tierra.
Tuvieron que cerrar dos veces la escotilla para quedar completamente cerrada. Cuando emprendieron el viaje de regreso se dieron cuenta que desde la tierra no les habían equipado con cámaras de oxígeno, todo para aligerar el peso. Tampoco los equiparon con trajes espaciales adecuados.
30 minutos antes de aterrizar en Kazajistán murieron asfixiados. Había una pequeña ranura dentro de la nave que hizo escapar el poco aire que quedaba. Cuando llegaron a tierra las autoridades soviéticas intentaron devolverles a la vida como se ve en estas imágenes:
Y no pudieron hacer nada, los tres murieron y se convirtieron en estandartes de un país que siempre intentó ser más de lo que era en realidad. Como verdaderos héroes fueron velados en el Kremlin:
Cincuenta años se cumple de esta tragedia completamente evitable. Tres super ingenieros que fueron sacrificados en una carrera insensata por conquistar el espacio.