Ingrid Betancourt nunca había estado frente a los comandantes de las FARC después de haber sido rescatada en la Operación Jaque el 2 de julio del 2008. Estuvo secuestrada seis años y su testimonio se convirtió en uno de los libros más desgarradores que se ha escrito sobre la miseria de estar amarrado en medio de la selva: No hay silencio que no termine debería ser una lectura obligatorio en los colegios del país. La excandidata presidencial se fajó un demoledor discurso en donde puso en evidencia la poca voluntad de contar la verdad de los excomandantes. Con la voz entrecortada expresó su sorpresa por lo ocurrido durante el evento, pues mientras “de este lado” están todos llorando, del otro lado, en referencia a los exlíderes guerrilleros, 'no ha habido una sola lágrima'.
Con ese mismo tono, preciso, implacable, sin visos de odio, claro, Ingrid Betancourt le vio los ojos a Rodrigo Londoño, a Pastor Alape y a Carlos Antonio Lozada y les habló de frente: "Este es un ejercicio espiritual que nos obliga a mirarnos desde adentro. El valor de este encuentro reside en que quienes actuaron como señores de la guerra y quienes los padecimos, todos los que estuvimos en el ojo del huracán de la guerra, nos levantamos ante Colombia para decir que la guerra es un fracaso. Que solo sirve para que nada cambie y que lo único que hace es postergar el futuro de nuestra juventud. Nunca imaginé tener la posibilidad de un diálogo humano con mis captores. La violencia nunca ha sido ni será la solución. Si hemos podido escucharnos con todo lo que nos cuesta, entonces podremos decir que el amor es más grande. Si hay esperanza, hay futuro”.
El hoy senador Carlos Antonio Lozada fue el único en responder frontalmente las declaraciones de Ingrid Betancourt en la mañana del 24 de junio, en una entrevista con Blu Radio en la que dijo: "No he llorado, pero eso no significa que no tenga sentimientos. No se puede decir que se es inhumano porque no se derrama una lágrima. Yo no puedo pararme a fingir, a lanzar lágrimas de cocodrilos si en ese momento no tenía ganas. No tengo por qué llorar si no me nace. Por supuesto que me conmueven las víctimas, en ese momento no tenía por qué llorar", dijo.
Lozada insistió en que no puede criticarse solo a los exguerrilleros y aseguró que toda la sociedad es responsable en el conflicto. "Nosotros hemos asumido responsabilidades y estamos dándoles la cara a las víctimas, pero toda la sociedad es responsable", aseguró.
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