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Todo comenzó hace un poco más de un año y medio cuando me surgió la curiosidad de saber más sobre la historia de Colombia, y así responder a muchas de las preguntas que rondaban en mi cabeza cada vez que veía una noticia sobre bandas criminales, asesinatos, masacres o grandes carteles de la corrupción. Fue entonces cuando decidí dar un paseo por la historia de Colombia. En ese trasegar me encontré con una cantidad innumerable de videos en YouTube, noticias de El Tiempo, libros de William Ospina, Fernando Vallejo, entre muchos otros que me ayudaron a comprender un poco más de la realidad del país en el que nací.
Como suele ocurrir con la mayoría de personas que indagan en el pasado de Colombia, terminamos con una sensación como si viviéramos en una secuela de películas de directores de cine de la mafia como: Quentin Tarantino, Francis Ford Coppola o Martin Scorsese. Con la diferencia que en Colombia las historias reales superan la ficción.
Al final de mi búsqueda encontré algo que me llamó poderosamente la atención, y fueron unos pequeños anexos en Wikipedia que por fechas iban recolectando algunas de las noticias sucedidas desde los años 90 hasta en ese entonces, 2019. Los últimos años habían sido solo de logros y triunfos de deportistas con algunos hechos relevantes del país.
Para comienzos del 2020 había decido todos los días recolectar dos o tres noticias importantes que me ayudarán en mi labor como periodista, recuerdo que mis primeros anexos en enero de ese año, eran sobre la captura de un narco que vivía en una de las fincas que le pertenecía a Pablo Escobar, un frustrado plan para asesinar a Timochenko, la captura de Aida Merlano en Venezuela luego de escaparse de un consultorio odontológico, y un médico que había asesinado a tres ladrones en medio de un robo en Bogotá al mejor estilo de John Wick, toda una novela.
No había vuelta atrás, se había colado la pandemia del COVID-19, y con esto empezaban las narcohistorias como: un exparamilitar y un serbio muertos, al parecer jugando a la ruleta rusa en los llanos; un narco laboratorio en una finca de un embajador; el nombramiento del hijo de un exparamilitar como director de víctimas; la denuncia de la muerte del piloto de un expresidente en un narco avión en Guatemala, parecía una película pero era la realidad
El año 2021 ha sido difícil, además de sortear con la pandemia, la DEA y la NCA presionan por el desarme del llamado “Clan del Golfo”, con la mala suerte de no encontrar aún a su máximo líder, pero sí a más de 100 de sus manos derechas e izquierdas. El “Plan Pistola” contra los policías por las bandas criminales, los carros bombas (ya sean ficticios o reales) y las protestas que, hasta la fecha, según Indepaz, dejan más de 70 muertos.
Quizás esto último sea el resultado de que a las personas ya no le están gustando las secuelas ni los remakes, quieren algo nuevo, quieren una nueva historia por contar, una en la que puedan tener un final feliz, una en la que por fin pueda anexar el triunfo de deportistas que recibieron un verdadero apoyo del Estado, el de jóvenes innovando y construyendo país, el de líderes cambiando sus comunidades, y en el que los viejos actores sean cambiados por nuevos; ya está bueno de estar tanto tiempo en el nudo, merecemos un desenlace.