Esta oleada de violencia que arrecia nuestra tierra, llena de dolor.
Termina uno por cuestionarse que tan arraigado está el valor de la VIDA en nuestra sociedad, del respeto por la propia y por la ajena. Que tanto se ha hecho desde cada uno de nosotros como individuos, como sociedad y como Estado, para que esta terrible realidad a la que parecen condenados nuestros jóvenes, se transforme.
Parte el alma, de mujer, de madre, de ciudadana, de política o tan solo de ser humano; que en menos de una semana por una extraña razón de la cual no habla ni la policía, ni el alcalde y los ciudadanos lo murmuran entre dientes; hayan muerto dos jóvenes, dos más estén heridos; y peor aún que a una madre la vulneren en su casa, al lado de los suyos, de su hija de escasos 10 años y sin mediar razones y argumentos le quiten la vida. Y entonces, en el interior inicia ese diálogo de experiencias, por un lado esta realidad que sin son ni ton, te da una cachetada, te llena de tristeza y desordena tus pensamientos; y por otro, este año maravilloso que me ha llenado de esperanzas, que me ha mostrado ese anhelado Quilichao, ese donde hombres y mujeres, sin importar edad, sexo o condición se apasionan con sus sueños, y aunque para algunos parezca sorprendente, los logran y se convierten, gracias a Dios, en nuestros mejores referentes.
Creo en la gente que habita esta tierra, en su gran fuerza interior para marcar la diferencia; cuando escucho tantas y tantas historias de seres maravillosos que luchan cada día por sus sueños, de aquellos que se trazan caminos que parecen imposibles y los hacen simplemente difíciles; es cuando los cuándos, te dan luz, en lo que parece una oscuridad eterna; estos cuándos:
Cuando un fin de semana tenemos la maravillosa experiencia de festejar tres medallas de oro, dos de plata, romper el récord panamericano de natación con aletas por jóvenes que habitualmente nos encontramos en la calle…
Cuando tenemos la campeona panamericana de Cross Country categoría cadetes y apenas tiene 15 años…
Cuando una atleta que habita en la zona rural, es de las mejores del país…
Cuando tenemos la campeona nacional de esgrima…
Cuando otro que no aún no ha terminado la universidad, paso a paso va colmando su expectativa “fantabulosa” de conformar una escuela de fútbol…
Cuando perpleja escucho, como una niña de 16 años cuenta que ganó una beca para estudiar en la Universidad Nacional o en el ICESI; algo tan complejo como Química Farmacéutica…
Cuando una joven se gana un premio de química en Estados Unidos por sus estudios como parte de un grupo de jóvenes investigadores…
Cuando escuchas a una niña linda que su norte va más allá del espejo…
Cuando se siente el orgullo de un empresario Amway que se está esmerando por llegar a esmeralda…
Cuando veo las fotos de muchos recorriendo este Quilichao, haciendo obras sociales; con una única recompensa: la sonrisa y el abrazo de quien recibe con felicidad su trabajo…
Cuando un quilichagueño ha hecho una empresa y la ha posicionado en el mercado, genera cada vez más empleos, su planta ha crecido, se ha tecnificado y su amor por esta tierra lo arraiga cada vez más a soñarla única y pujante…
Cuando un grupo forjado aquí es ganador del Petronio y nos eriza la piel…
Cuando uno de los nuestros va y canta en Asia, a países que nosotros si escasamente sabemos ubicar en el mapa…
Cuando un joven exhibe en YouTube su producción musical, la ves y dices Guau…
Cuando 5 jóvenes cantantes venden, sin vergüenza alguna, rellena para salir tras su sueño de hacer un disco que se escuche hasta en el infinito y más allá…
Cuando sabes que un ex-alumno del Técnico, es uno de los pocos hombres de este país que puede decir con orgullo que es editor político del Espectador…
Cuando uno de los nuestros es un inventor de máquinas y hace de Cachimbal una zona para recibir a selectos docentes universitarios, que tan solo viajan para ver su obra…
Cuando escuchas historias fantásticas de los que han salido a buscar nuevas oportunidades y por su disciplina y su talante, hoy están llenos de gloria…
En fin, tantos cuándos que seguramente no terminaría; estos te llenan de esperanza, te hacen ver esta tierra como la más; te dan las ganas de luchar por encima de todo y de quien sea, por muchos más cuándos.
Y éste, que es mi clamor, el que seguramente genera polémica; porque para algunos será una agresión, para otros un cuestionamiento; para otros dolor y tristeza; tiene como único objetivo ‘HACER UNA CONVOCATORIA A LA ESPERANZA’.
Dejemos de ser el caldo de cultivo de la violencia; luchemos por llenarnos de CUÁNDOS.
Esto, solo es posible, si nos comprometernos con Quilichao; la responsabilidad de llenarnos de cuándos está en cada uno de nosotros; coloquemos nuestro granito de arena en cada acción cotidiana.
Coloquemos como premisa: “Lo público es sagrado”, no por el concierto de música popular que nos llena de aguardiente y nos hace perder la noción de la realidad; sino por las políticas públicas que implementa nos permite una ciudad llena de oportunidades para ser mejores y lograr nuestros sueños.
Vale la pena cualquier lucha, para esta tierra es fundamental la construcción del ejemplo, como una herramienta para mostrar resultados positivos. Esto pasa y trasciende al pavimento, se centra en mejores condiciones para los seres humanos y se nutre de tejido social.