En la discoteca A otro nivel club el ambiente era de fiesta. El sur de Cali en las últimas semanas había sido el escenario de la brutalidad policial contra los muchachos que buscaban el cambio. Y qué mejor para limpiar la tristeza que escuchar al artista más grande de la Salsa Choke. Junior Jein fue criado por su abuela Inés en Buenaventura mientras sus papás estudiaban en Cali. Ella vendía pescado en el puerto y así lo crió.
Nació en 1982 y sus ídolos eran el Tren Valencia y Freddy Rincón, muchachos de la tierra que le habían dicho No a pertenecer a grupos armados. Junior quería ser futbolista pero nunca lo logró. Entonces abrazó la música.Había crecido entre las chirimías y los currulaos de su abuela y la salsa que no faltaba por herencia de sus tíos y su padre. Entonces los mezcló, el folclor con la salsa y le sumó el Rap, que llegaba a Buenaventura por los norteños, polizones que se iban en busca del sueño americano y a su regreso traían con ellos lo que estaba de moda en el país del norte; Run DMC y Mc Hammer, retumbaban junto al Grupo Niche y la Orquesta Guayacán. “La mezcla de esas tres corrientes me llevaron a elaborar mi estilo y a pensar en la música como forma de vida”.
Los polizones o norteños, no solo acercaron a Junior con la música urbana de los Estados Unidos, también le trajeron su apodo. “Los bonaverenses que iban a Estados Unidos se mezclaban mucho con los boricuas (puertorriqueños), y empezaron a adoptar mucha jerga de ellos, entre esas el sobrenombre de ‘El Caballo’, que es para referirse a las personas que son muy buenas en lo que hacen”. Junior se convirtió en ‘El Caballo’ de la música y los norteños se encargaron de mover la economía de la ciudad generando empleo a través de las inversiones que hacían con el dinero que traían.
Junior intentó estudiar publicidad en Cali y no pudo. Creó una empresa, Metiendo Mano Records y echó pa'lante. Letras con sentido social y sabor, un ritmo que se hizo mundialmente famoso gracias a las celebraciones de los goles de Colombia en el Mundial de Brasil 2014. Era un símbolo y lo mataron.
En la noche del domingo 13 de junio llegó a la Avenida Roosevelt con carrera 37. Sus fans lo esperaban. Dentro de la disctoteca se desató el infierno. Junio fue alcanzado por las balas, no tenía nada que ver, sólo estaba ahí y lo mataron. Cuando llegó a la clínica de los Colores estaba muerto. Con su partida Cali recibe otro golpe y se ahonda aún más en su dolor.
Artículo original publicado en el 2014 por Sara Kapkin.