Posterior a la firma de los acuerdos de paz entre el gobierno colombiano y las Farc han surgido una serie de nuevas dificultades y retos para el Estado colombiano tanto a nivel interno como externo. A nivel interno, en Colombia hay una evolución de los fenómenos delincuenciales. Ahora hay delitos que son transversales a otros, de ahí la necesidad de categorizarlos en campos de acción delincuencial. Los que más retos generan se encuentran en el campo de acción medioambiental, campo de acción del narcotráfico y campo de acción de fronterizo.
Ahora, es necesario mencionar que paralelo a la evolución de los fenómenos delincuenciales, los grupos armados organizados de igual manera lo han hecho a nivel de tácticas de violencia, formas de financiación y de inmersión social; también, del uso geográfico que los mismos hacen de las regiones. Es decir, ahora los Grupos Armados Organizados (GAO) tienen la capacidad de interactuar entre sí, formando una suerte de alianzas criminales para converger en la comisión de diferentes delitos.
Esta convergencia criminal ha forjado un sistema de economías ilegales, que producen una interacción social entre los grupos armados organizados y las poblaciones vulnerables, ya que los últimos empiezan a ser parte de la cadena de valor que genera el crimen organizado, generando nuevos retos para la seguridad y defensa, ya que la gama de delitos cambia y se hacen mas complejos de mitigar.
Por otro lado, es importante mencionar que Colombia también enfrenta retos que son de carácter internacional, que desafían la legitimidad y capacidad de respuesta de las instituciones colombianas. Los cambios geopolíticos del continente que han afectado sistemas políticos y marcan una serie de transiciones políticas son catalizadores de fenómenos como el de la migración irregular, el fortalecimiento del crimen organizado transnacional, el surgimiento de nuevos grupos armados ilegales y el debilitamiento de instituciones internacionales.
El panorama es retador, por eso se debería revisar la manera en que entendemos y vemos la seguridad. Ahora todo es volátil y cambiante, por lo que se requiere tomar decisiones rápidas y audaces, además de hacer más con lo mismo. Así pues, cabe preguntarse: ¿estamos listos para esto?