Curioso que de la marcha del movimiento social en este paro surja una primera línea de madres. Las madres de soldados, policías, estudiantes... las madres de todos. Recurrir a los amores incondicionales para que nos salven de la violencia y de la muerte. Todos completos, todos los días en adelante. Ningún herido. Ningún muerto por la protesta social. Ninguna causa merece una muerte, ninguna muerte violenta debe servir para ningún propósito.
Hace muchos años propuse la construcción de un movimiento de madres y mujeres, que se unían desde el dolor y el amor para mandar parar la guerra. Solo cometí dos equivocaciones, comenzar de arriba hacia abajo —y por ende estar preso de la burocracia de la paz— y los caprichos de la “elite del dolor" que abanderaba el movimiento. Unos intentaron montar al doctor Ternura, Luis Carlos Restrepo, poco antes que se encumbrara con Uribe; buscaron lanzar por su cuenta la propuesta al país. Termine acusado de pícaro. Y negociaron por años sabrosos recursos con la cooperación internacional.
Nada más vigente que un movimiento de madres y mujeres de todos para parar la muerte, la violencia y el clima de terror en medio de la brutal persecución a los jóvenes.
Me siento reivindicado por la marcha de la historia. Quisiera pensar que en algún momento algo de la convocatoria de los afectos para parar la guerra fuera una inspiración. Estamos asistiendo, quizás, al inicio de un camino inédito para hacer la paz, ahora, en medio del conflicto social y la movilización ciudadana, que lideran los jóvenes.
Reconozco y celebro la fineza de quienes orientan este movimiento social. El amor de nuestras madres y mujeres es nuestra fuerza más importante. Y si la protesta social se hace entender, una primera línea así, derriba dictaduras.
Me seduce igual la idea de una segunda línea, la música y las artes. Siempre deben ser la música y nuestras diversas manifestaciones artísticas, quienes marquen los tonos y ritmos de la vida y no la acumulación y la ganancia. En realidad nuestra música debe ser la primera línea.
La tercera línea las nuevas generaciones, con sus sueños y sus reivindicaciones que son las de toda la sociedad.
Sorprende la firmeza y el aliento de los jóvenes en las calles y la explosión de iniciativas, propuestas y de ideas que se mueven por todas partes, como nuevo amanecer.
Dar con los tonos de la vida en Colombia: el tono de los afectos, el tono musical y el tono justo de los sueños. De eso se trata.
Adenda. El comité del paro, no debe sentarse a negociar con evasores de impuestos. Por respeto a la dignidad de los colombianos, debería solicitar al presidente, vicepresidente, ministros, miembros del Centro Democrático, presidente eterno y asociados, una revisión de oficio de la Dian para re liquidar sus impuestos en los últimos 10 años.
[1] Economista. UN. Centro de Pensamiento Sociedad y Conflicto.