Las hermanas Dávila Zuñiga -Claudia y Beatriz Martha- por medio de su sociedad Arrecife S.A.S tenían marchando su proyecto turístico Six Sense, el lujosos hotel que estaría en el corazón del Parque Tayrona y que prometía ser la atracción de turistas nacionales e internacionales. Sin embargo, en el 2012 se había gestado una pelea por la construcción del Six Sense cuando la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (ANLA) cambió los requerimientos de la licencia ambiental que había sido aprobada para la construcción y ordenó a Six Sense y a Arrecifes realizar una consulta a las cuatro comunidades indígenas -koguis, arhuacos, wiwas, kankuamosque habitan el Tayrona. Los pueblos indígenas de la Sierra se opusieron al proyecto al constituir territorio ancestral.
Las hermanas Dávila Zúñiga llevaron a la ANLA y Parques Nacionales Naturales (PNN) hasta el Tribunal Administrativo de Cundinamarca pero la demanda no prosperó y el juez las terminó condenando a pagar los gastos en abogados y trámites de las entidades en el pleito. Tras la renuncia de Julia Miranda en la dirección de PNN después de 16 años en el cargo y quien se batió como una leona para no permitir la construcción de proyectos hoteleros y de infraestructura como el lujoso Six Sense terminó renunciando pero Luz Elvira Angarita, directora territorial de PNN mantuvo la labor de su colega: luchar para proteger el Parque Tayrona.
Angarita adelantó un proceso de extinción de dominio por delitos ambientales a la propiedad de Arrecife S.A.S en el que esta implicado tala de árboles, quemas y acumulación de basuras (plásticos, latas, cartón, botellas). Además, de manera ilegal la familia Dávila Zuñiga había cerrado el sendero entre los sectores de Cañaveral y el Cabo San Juan para que turista no pasaran a la La Piscina. En el terreno familiar también hay quemas controladas, tala de árboles y acumulación de basura como plásticos, latas, cartón y botellas.
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