“Marchemos en silencio para demostrar que podemos pensar diferente sin sentirnos enemigos”, con ese llamado miles de caleños salieron a las calles esta mañana del 25 de mayo. Vestidos de blanco hacían un llamado a desbloquear las vías de la ciudad.
Desde cinco puntos diferentes, todas las manifestaciones se unieron en la plazoleta Jairo Varela, ubicada justo en frente del Centro Administrativo Municipal-CAM, sede de la alcaldía de Cali. Los recorridos fueron cortos y no implicaban el cierre de ninguna vía pues se concentraban en el Boulevard del Rio, icónico malecón peatonal que bordea el río Cali, en la parte norte de la ciudad.
Una #MarchaDelSilencio para escucharnos en la diferencia, sin violencia, sin vandalismo, sin bloqueos, sin difamaciones.
Podemos dialogar y llegar a consensos sin ir en contra de los derechos de todos.#CaliSomosTodos #CaliNosNecesita #NoMásBloqueos #ElValleMeAma pic.twitter.com/CXEs6JF7tt— Lina Sinisterra Mazariegos (@linasinisterra) May 25, 2021
En el recorrido del Boulevard, los miles de manifestantes simulaban un rio blanco caminando lento y pacíficamente hacia el CAM. Con letreros que llamaban a la unidad, arengas en contra de los bloqueos y cantos al himno de Cali y de Colombia, parecía una sola voz pronunciándose en favor de la paz en las calles. La marcha se mantuvo unida e iba creciendo con el paso de las horas. Andenes abarrotados de personas, respetando el carril de tránsito para evitar trancones.
A las 11 de la mañana empezaron a llegar las marchas a su destino. Sobre la avenida 2da Norte, en el cruce peatonal ad portas de la alcaldía, se resaltaba un colectivo de personas vestidas de negro que, cada vez que se ponía el semáforo en rojo, se tomaban la calle para lucir sus grandes pancartas, la mayoría haciendo referencia a la movilidad vial de Cali y al MIO, pidiéndole al Alcalde que lo pusiera a marchar pronto y rechazando todo tipo de bloqueo en las calles caleñas. Poco a poco, dicho cruce peatonal se convertía en el punto de congregación de todos los manifestantes y participantes de la marcha del silencio, lo que llenó el lugar rápidamente.
Entre la algarabía colectiva del lugar y la tensión, se creyó que las personas de negro estaban intentando bloquear la avenida a los carros que por ahí transitaban, en contravía a los mensajes de las pancartas. Y se dio el típico altercado, el único incidente de confrontación de la marcha.
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Sin embargo, los protestantes vestidos de negro resultaron ser funcionarios del sistema de transporte público de Cali que salieron a marchar en contra de lo mismo por lo que marchaban aquellos que vestían de blanco, pero en su vestimenta buscaban reflejar el luto que tiene su gremio por llevar más de un mes sin poder trabajar debido a los bloqueos.
El altercado pasó pronto. En el lugar quedó apenas un puñado de los manifestantes con vestimenta negra queriendo hablar con la Defensoría del Pueblo y con quienes pudieran divulgar su mensaje de lucha para que el MIO volviera a funcionar y ellos pudieran retomar su trabajo; funcionarios de luto por los golpes recibidos al sistema de transporte durante los primeros días, los más violentos, de las protestas.
Los caleños marcharon como simples ciudadanos, sin colores partidistas ni fanatismos, buscando enviar mensaje de unidad en una ciudad fracturada durante mucho tiempo, que tiene que empezar a encontrar para reconstruir rutas de convivencia en las que los jóvenes, que ha expresado su rabia e insatisfacción en los 25 puntos de resistencia, van a ser protagonistas.
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