Claudia Morales, a mediados de marzo, preocupaba por su estado de salud. En varios trinos alertó sobre su estado de salud. Además en su columna, Cuando el Covid llega a tu casa, publicada por el Espectador, Morales se refirió a lo terrible que fue llevar, para ella, su enfermedad: "A nuestra casa, en la que vivimos mi esposo, Mauricio; nuestra hija, Isabela, y yo, llegó el virus hace un poco más de un mes. Entró con la niña, que por fortuna no tuvo complicaciones; después afectó a Mauricio, quien pasó rápidamente a saturar por debajo de 90, tuvo que ser atendido de emergencia, luego ser hospitalizado en casa y ahora recibe tratamiento por una secuela en su sistema nervioso. Y al final llegó a mí: me produjo fiebres que me hicieron delirar, migrañas, perdí el gusto y el olfato, y me dejó una neumonía contra la que aún estoy luchando".
Por eso ha sido tan reconfortante ver a Claudia en pie de lucha, siempre activa y con su vitalidad de siempre apoyando la empresa por la que dejó el periodismo y se estableció en Armenia: su librería Árbol de tinta. Acá la vemos invitando a la gente a que vuelva a su oasis en el Eje Cafetero:
¡Lo logramos!
Si usted tiene el sueño de regalar un libro acompañado de un delicioso cafecito quindiano, lo podrá hacer realidad en Árbol de Libros Armenia.
Aquí @dariofpatino y yo les contamos los detalles.
Prueben La Elba y disfrútenlo con una buena historia ☕📚 pic.twitter.com/bKTdy9Hn0A— Claudia Morales (@ClaMoralesM) May 14, 2021