Las redes nos permiten observar todo lo que está pasando. No hacen falta ni la línea editorial de un noticiero de derecha, ni la interpretación iluminada de un político de izquierda.
En estas mal llamadas protestas, que en realidad son revueltas, hay la presencia incontrovertible de múltiples actores ilegales, tanto del gobierno como de los protestantes. En medio de este caos, un político de verdad decente y responsable trataría de aclarar las cosas, señalar responsabilidades con apego a la ley y la justicia, y no a su percepción personal y subjetiva de lo justo.
No hay novedad en saber que el Esmad y la policía ponen muertos y torturan, eso es historia patria, y con diferencia de los fascistas a nadie le puede gustar que le peguen un tiro a un muchacho por estar bailando. ¿Quién está defendiendo eso?
Sin embargo, también hay que señalar el papel irresponsable de personas como Gustavo Petro, que tiran la piedra y esconden la mano. En una reciente columna suya titulada De la barricada a la multitud invitó a los jóvenes a la movilización ofensiva, con mayúsculas. ¿En qué consiste esto?
Nos propone "afectar las economías de los amigos de Duque", quienes en párrafos previos ha definido como bancos y almacenes de cadena; también nos propone el "enfrentamiento y lucha entre multitud y centros de poder", siguiendo el ejemplo de la Comuna de París. Eso sí, al final del artículo, después de haber agitado a todo tipo de desórdenes y desmanes, se cura en salud diciendo que él solo está invitando al diálogo.
Petro es un hipócrita incendiario que esparce confusión, discordia y odio (sí, odio, Petro también promueve el odio) para luego presentarse como adalid de todo lo humanitario. Él y sus amigos congresistas saben perfectamente que en las protestas hay subversión y delincuencia desatada, pero niegan la presencia de los primeros y excusan las acciones de los segundos. Como los hechos son innegables, pues abunda la evidencia, recurren a la conspiración, la "luz de gas" y confundir a la opinión: la destrucción la hacen agentes del gobierno, y el saqueo es por hambre, roban televisores plasma por hambre. A la manera del macho abusador, golpea y se exculpa: te pego porque me obligas a pegarte.
¿Por qué hacen esto Petro y sus amigos? Porque eso les sirve a sus objetivos, porque lo que les importa no es el progreso de la nación, que bien andan promoviendo "golpear las economías" afectando con ello a miles de familias, sino su llegada al poder. Y ya estuvo bueno de andar creyendo en gente que promueve destruir el sustento de miles de familias, en pro del bien general. Petro no dispara, pero su vanidad personal lo nubla, lo embriaga, y ante las coyunturas resucitan en su mente las fantasías revolucionarias y se convierte en promotor del desastre.
Basta, Petro. No sea irresponsable.