La pandemia presiona por una vacuna genérica o la suspensión de patentes

La pandemia presiona por una vacuna genérica o la suspensión de patentes

La crisis socioeconómica del coronavirus demanda soluciones prontas, por no decir inmediatas

Por: Manuel Ricardo Cortés Rodríguez
mayo 13, 2021
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La pandemia presiona por una vacuna genérica o la suspensión de patentes

Según la OMS, la pandemia en un año y medio contagió casi 150 millones de adultos y niños en los países del orbe hasta abril 28/2021; y causó la muerte de cuatro millones de personas. Además elevó las desigualdades socio-económicas dentro y entre países del mundo, frenando a largo plazo el retorno a la vida normal.

El Fondo Monetario Internacional advirtió en 2021 que el impacto de la pandemia elevó la desigualdad en todo el mundo. Al concretarla a América Latina, los datos confirman su negativo efecto, por la mayor pobreza, pues al tener economía informal se atenuó el papel del estado para mitigar su efecto en el año 2021.

El comité de emergencia del OMS prolongó en 2021 el estado de emergencia de salud pública mundial, causado por la pandemia. Para superar la crisis reiteró la necesidad de usar la capacidad instalada total, fondos públicos, promover el acceso equitativo y solidario a la vacuna; alentó a los estados y fabricantes a apoyar al sistema Covax y compartir más vacunas, transferir la tecnología y los sueros-base, para la producción local de las dosis y suministros en países de ingreso medio; para los países de bajos recursos.

Ese comité y el Papa, pidierin acelerar la evaluación del suero candidato a vacuna, difundir la oportuna data de casos adversos posteriores al inmunizado, priorizar la vacunación a los grupos de alto riesgo, alentó a los países ricos a ayudar los países de ingreso bajo y mediano a investigar con la orientación y mejor práctica del OMS.

La pandemia tendrá efecto hasta el fin del año 2022, pues aunque hay vacunas, éstas no son 100% confiable, tienen efectos secundarios inciertos, surgen nuevas cepas y variantes, el máximo poblacional mundial solo se inmunizará al final del 2022 y eso mantendrá el riesgo de contagio. Por ello, la rentabilidad de las empresas se aseguró a corto plazo. Pero la emergencia impone bajar los precios, la ganancia y la vacuna genérica.

Un nuevo orden sanitario mundial surge del reto de aumentar la capacidad, hallar la ruta común para superar la crisis y prevenir futuras emergencias socio-económicas de salud y; la necesidad de los países de menor renta y empleo (la mayoría e Latinoamérica), de tener acceso a la financiación y al desarrollo. La cooperación entre productores y el mercado es la clave para superar juntos el contexto de la crisis.

The Economist en su informe de expectativas de 2021, conectó el riesgo sanitario al socio-político, por la conexidad de las áreas de seguridad, estabilidad política, eficacia del sistema sanitario ante la pandemia, que causan grave riesgo de estabilidad socio-política en Latinoamérica por la ineficacia de planes oficiales de limitado alcance en las crisis de salud en economías informales; como se vio en Colombia y la región.

Hay señales del peor escenario pandémico, pues aunque pocos países desarrollaron la vacuna y probaron que es eficaz, es imposible fabricar y distribuir en un año 15.200 millones de dosis para el efecto rebaño en una población mundial de 7.700 millones.

El suministro aun es escaso, porque las primeras dosis se reservaron para personal médico, ya que los demás necesitamos que ellos administren las vacunas y cuiden a los enfermos. Fuera del personal médico, se previó que los ricos e influyentes lograrán comprar dosis antes que los pobres.

En el nuevo orden sanitario mundial, el sistema Covax solo entregó 150 millones de dosis Pfizer a 110 países en seis continentes y puso en marcha la distribución de 50 millones de vacunas AstraZeneca en 142 países, buscando completarlo este mayo. Su disponibilidad se retrasó por limitación productiva de la sede india del laboratorio inglés; pero entrega solo 330 millones de dosis al primer semestre de 2021 y otros mil millones al fin de año; si no aumenta su rechazo social, por el riesgo de trombosis que recién detectaron.

La pandemia alcanzará en mayo de 2021 el mayor pico de contagio y muerte registrado. Solo caerá si la curva mortal se altera pronto, advirtió el director del OMS Tedros Ghebreyesus. El número de contagios y muertes, se duplicó en el orbe desde marzo, implicando que vamos al nivel más alto de la pandemia. Latinoamérica, con 8% de la población del mundo, tiene el 28% de las muertes globales por el virus; por ello urge la vacuna genérica, bajar su precio, la  suspensión temporal las patentes y fabricarla en la zona.

Tedros recalcó que los países que en el 2020 lograron mantener bajo el nivel de trasmisión del coronavirus ahora enfrentan un gran aumento de casos, como le sucedió a la apartada isla Papúa Nueva Guinea con 9 millones de personas, Uruguay con 4 millones que al iniciar 2021 registran 900 casos, desde marzo se multiplican por diez los casos. Sus ministros de salud dicen que la mitad de nuevos casos se dio desde marzo de este año.

Hay varias causas de esta crisis integral. Una, el alza prematura de restricciones para controlar la difusión, la gente reinició la interacción; hay rápida dispersión de cepas y variantes de virus, límites a la capacidad productiva, vender la vacuna a regiones. La OMS no probó que los vacunados logren 80% de protección, pues ellos portarán un margen del 20%, que transmite este virus, aun siendo eficaz contra otras infecciones.

El egoísmo nacional para asignar dosis a otros países en el primer año, luego de desarrollar la vacuna efectiva. La no cesión temporal de la patente era previsible en países que las desarrollaron con fondos públicos, al priorizar su gente. Así ocurrió en 2010 con la vacuna NiH1 y en 2020 con las mascarillas; al llegar los envíos de China a Europa, hubo guerra de precios y competencia entre países por obtener el suministro.

La política nacional egoísta de eliminar el virus solo en lo interno, es suicida. En el 2021, ningún país logrará protección total y eficaz solo dentro. En el actual mundo globalizado, la enfermedad volverá desde otros países que no eliminen el virus. Ocurrió en Nueva Zelanda y Vietnam, donde en 2020 detuvieron al virus con restricciones sociales, pero en la gran migración global, los viajeros de otros países importaron nuevos casos. Concluye que ningún país estará a salvo, sin que lo estén todos, porque un problema orbital exige solución global.

Esta pandemia por primera vez en la historia, unió a las personas en el mundo, al obligarnos a enfrentar la amenaza global que ningún país podrá superar solo. Forzó a los países del mundo a unir recursos para derrotar el virus, motivarse para aprender y compartir la lección. Urge la vacuna genérica, la fabricación local descentralizada e igualdad del acceso a la vacuna, para limitar el avance del virus y la desigualdad. De ser así, la pandemia sería no solo portadora de tragedias, sino también de opciones para la salvación.

Al no cesar ello, España, Pakistán, India, Bolivia, Sudáfrica y premios Nobel como J.M. Santos, propusieron en el 2020 a la Organización mundiial de l comercio, OMC, la suspensión temporal de la patente de propiedad intelectual; pero varios países sedes de farmacéuticas y algunos en desarrollo (Brasil, Colombia), votaron en la OMC reafirmar la tesis pre-pandemia, de negarse a suspender la patente como si el riesgo esperara; pues la muerte masiva es inminente. El debate se abrió con nuevos actores.

Tres compañías americanas son las más beneficiadas con la vacuna; Pfizer, Moderna y Johnson&Johnson; pero el presidente Biden varió la negativa de Trump, y desde mayo 4/2021 apoyará con el Papa y Putin en la OMC la suspensión temporal de patentes de propiedad, hecha con fondos públicos a las vacunas, para masificar su producción y atacar globalmente el virus, luego que USA vacunó el 50% de su población y estabilizó el valor accionario de las fábricas; pues en India y Brasil detectan nuevas cepas y variantes.

En febrero de 2021 el laboratorio argentino Richmond y el centro ruso Gamaleya pactaron la producción local de la vacuna rusa Sputnik V. Con México son los únicos paises latinoamericanos que asumieron ese rol. Su capacidad inicial para julio es limitada, por restricciones locativas que su gobierno le subsidió pronto.

Desde abril 15, Colombia lleva más de 490 muertos/día, 17.000 contagios/día, ocupa el 11 lugar mundial en decesos; sin tener suficiente dosis ni capacidad de vacunar a su población; en un marco de gran indisciplina social, ante las graves protestas por la inoportuna reforma fiscal, las restricciones, toques de queda y violencia. Ello hace ineficaz la vacuna mientras no libere las patentes y la fabrique localmente para mayor difusión.

En 2020 el presidente Duque no avaló a sus regiones la compra de las vacunas, ni crear un laboratorio local (Vecol, Glaxo, Sanfi, Procaps) ni convenio de universidades públicas para abrir un centro de investigación mixto que haga e envase y distribución local de la vacuna, que permita la oportuna autosuficiencia, generar difusión, empleo y re-exportarla.

El gobierno solo autorizó en abril 22/2021 la compra-aplicación de vacuna por privados; para iniciar una vez que el estado culmine la vacuna a personas priorizadas de la etapa 3. Pero esas empresas deberán responder por los riesgos del proceso a su cargo, o por efectos secundarios que cause la dosis adquirida; aunque tenga la autorización sanitaria de emergencia, acorde a lo dispuesto en el decreto 1787 de 2020.

La letalidad de la pandemia impone que Colombia, la OMS y la Organización Mundial del Comercio, OMC, varíen con urgencia la visión pre-pandémica. Asuman que el nuevo orden sanitario mundial, derivado de la pandemia tiene un lesivo efecto lesivo socio-económico y laboral, que irá hasta el finl del año 2022, afectando  muy gravemente la economía global y elevando el mayoritario sub-empleo informal de los países en desarrollo. Eso urge elevar la capacidad estatal de vacunas, intervenir áreas estratégicas en pos de las metas humanas esenciales.

Las farmacéuticas y OMC no deben olvidar que desarrollaron y financiaron las vacunas gracias al enorme apoyo de fondos púbicos en sus estados, agilizando un proceso que usualmente toma décadas. Al haber usado dinero ciudadano, ellas aparte del afán de lucro, tienen una gran cuota de responsabilidad social; pues se han privilegiado por la urgencia vital, al fijar las condiciones de precio, canales, turnos de acceso.

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