"No nos deje matar mi capitán": un agente se desahoga horas antes de una nueva jornada donde la violencia de vándalos ajenos a la protesta y policía en las calles. Entre lagrimas un joven agente le dice estas cosas a sus comandantes en los minutos previos a salir a las calles: " "Estoy que me voy mi capitán, estoy aquí parado. Ayer no pude salir de mi casa porque me encerraron y me voliaron a bala". Mientras tanto otro de sus compañeros reafirma las acusaciones: "Acá estoy mi esposa me lloraba y me suplicaba. ¿Me lo van a matar? Le dije no tranquila acá estoy"
" No tenemos seguridad, a qué general se le ocurre que nos va a mandar a una guerra sin armamento, sin seguridad".
La policía también tiene miedo y no le da pena llorar. Están quebrados como la mayoría de colombianos. En la noche del cuatro de mayo intentaron quemar un CAI en el barrio Aurora de Bogotá con diez policías adentro. El ministro de Defensa, Diego Molano, sordo a los cuestionamientos, no admite que haya existido abusos de la fuerza pública a pesar de que se reportan 22 personas muertas durante las manifestaciones según datos entregados por ONG.
Los canales de diálogos parecen cerrados. Petro, en su intervención del pasado martes 4 de mayo, afirmó que no tiene intención de hablar con el presidente, tiene que hablar es con la sociedad civil que ha decidido a salir a las calles y a la que no la apacigua ni siquiera el que Duque haya quitado el proyecto de Reforma Tributaria que presentó Carrasquilla en el Congreso.