La desconexión de Carrasquilla con la realidad social del país se hace presente una vez más al salir a los medios de comunicación, con su prepotente y cínica risa, a contar que su mamá lo tilda de despilfarrador, en momentos en que millones de colombianos están muriendo de hambre gracias a las medidas tomadas por él, que, en la mayoría de los casos, otorgaron beneficios a los de mayores recursos, empresarios y grupos financieros. ¿Será de eso que se ríe el exministro?
¿Se estará riendo de ser el autor de la Ley de Solidaridad Sostenible que no es más que una reforma tributaria disfrazada, que llevará a la clase media a la total pobreza y a los pobres a su pauperización?
¿Le causará risa que haya tenido que ser su jefe quien haya tenido que salir públicamente a retirar el adefesio de reforma, para evitar que fuera destrozada en el Congreso de la República, librándolo del martirio de tener que hacerlo él, con su acostumbrado tartamudeo “yoclaudiano” que no puede evitar cuando le endilgan en público cada una de sus cientos de trastadas?.
O será que se ríe de haber ahogado a más de 100 municipios con sus famosos “bonos de agua”, con créditos por $441.000 millones que no se podían repagar y que terminaron beneficiando a sus amigos del sector financiero, sin que ninguna autoridad o ente de control lo haya investigado.
Será que se ríe al recordar que firmó el decreto 272 de marzo de 2021 con el cual les da una prima especial mensual equivalente al 30% del salario básico a los magistrados auxiliares, magistrados de todo orden de los Tribunales Superiores de Distrito Judicial y Contencioso Administrativo, magistrados de los Consejos Seccionales, los de la Judicatura, agentes del Ministerio Público delegados ante la Rama Judicial, jueces de la República, magistrados y fiscales del Tribunal Superior Militar, auditores de Guerra, jueces de Instrucción Penal Militar, fiscales auxiliares ante la Corte Suprema de Justicia, fiscales delegados ante Tribunal del Distrito, jueces penales de Circuito Especializados, jueces del Circuito, jueces Municipales y Promiscuos, mientras sostiene que un aumento del 3% a los salarios mínimos es inflacionario y financieramente insostenible.
¿Será que, con su habitual cinismo, se ríe de sí mismo, de su ineptitud para combatir la elusión y la evasión de impuestos (calculada cada una en cerca de $30 billones anuales) y la corrupción (calculada en $50 billones anuales)?
No puede ser. ¿Será que se ríe de la doble moral de su jefe el presidente Duque, que cuando era senador de la oposición se rasgaba las vestiduras y gritaba a los cuatro vientos que este tipo de reformas era “infame”? Es decir, las infames reformas tributarias presentadas por otros se convierten, por arte de magia, en nobles propósitos cuando son presentadas por Duque y Carrasquilla. ¿Dónde andas esquiva moral, que estos dos no te han podido encontrar?
Personalmente, pienso que el exministro se ríe de ver cómo ha descapitalizado el Fondo de Pensiones de los Entes Territoriales (Fonpet), en clara violación del artículo 48 de la Constitución Política de 1991[1] sin que ningún ente de control haya entrado a investigar la inconstitucionalidad de su actuar. Para la vigencia 2018 se tomó la suma de $1.06 billones para ser destinados al Sistema General de Participaciones prometiendo que los reintegraría al Fonpet en las dos vigencias fiscales siguientes, sin que hasta el momento haya cumplido su promesa.
En 2019 se autoprestó $492.000 millones y $700.000 millones con el fin de asegurar el financiamiento del régimen subsidiado en salud, con la excusa que su utilización era temporal. Hasta ahora no se conoce que hayan sido devueltos. Para la vigencia 2020 se tomó $970.000 millones, nuevamente del Fonpet, mencionando como siempre, que serían devueltos en las 2 vigencias siguientes. Promesas que nunca se han cumplido, pues el exministro Carrasquilla no es persona que se caracterice por honrar sus compromisos.
Pero también puede estarse riendo de la facilidad con la cual pudo darle un nuevo zarpazo al Fondo Nacional del Ahorro (FNA), sin que nadie le pidiera cuentas. Con ocasión de la pandemia que actualmente vive el país y mediante el Decreto 492 de 2020 descapitalizó el FNA en $100.000 millones, sumando así una descapitalización total de $500.000 millones de las reservas que los colombianos tienen para sus cesantías, violando nuevamente el artículo 48 de la Constitución Nacional.
Personalmente no lo creo, pero todo es posible en tratándose de este exministro de marras. ¿Será que se está riendo de los entes de control que, sabiendo de sus andanzas inconstitucionales no le han puesto un tatequieto? No importa que las finanzas del Fonpet y de FNA tiendan a desaparecer, mientras que el exministro siga teniendo una socarrona sonrisa.
Para mí que se ríe de las mil y una pilatunas que ha hecho y que no han recibido castigo y de las mil y una pilatunas que hará en el futuro y que, seguramente, tampoco serán castigadas.
Qué ministro, exministro, tan... risueño.
[1] No se podrán destinar ni utilizar los recursos de las instituciones de la seguridad social para fines diferentes a ella. La ley definirá los medios para que los recursos destinados a pensiones mantengan su poder adquisitivo constante.
