Claro que es terrible que Natalia Bedoya se gane 20 millones de pesos mensuales. Queda completamente comprometida su integridad y cualquier defensa que haga del gobierno queda desacreditada. Los primeros que salieron a denigrar de Bedoya fueron los petristas pero, cuidado, que muchos de ellos tienen rabo de paja.
El 14 de marzo del 2020 el diario Más Libertad publicó un artículo llamado El millonario contrato de Catherine Juvinao en la gobernación del Magdalena y ahí se mostró los 60 millones que la activista se ganaría por hacer relaciones públicas para el gobernador petrista Carlos Caicedo:
No es la única, en el 2013, mientras mandaba Petro en Bogotá se gastaron cerca de 300.000 millones de pesos según el medio Panamá Post. Una de las beneficiadas sería Maria Fernanda Carrascal, reconocida tuitera. Según el medio: "Carrascal tuvo al menos tres cuestionados contratos durante esa administración. Su paso por la Secretaría General, la Secretaría de Integración Social y luego por el Cuerpo de Bomberos lo confirman; contratos que oscilaban entre los 20 y 30 millones COP (USD $7.000-$10.000)"
No es un delito, pero se pierde objetividad y credibilidad ser empleado de alguien y pretender ser un líder de opinión. En ese orden de ideas, ojalá que el entusiasmo de tuiteros tan vehementes como Levy Rincón o Beto Coral no esté alimentado de afán de lucro. No señores de Las2orillas, merménle a los ataques al Centro Democrático y si tienen que exponer a los tuiteros que comulgan con sus ideas de izquierda publiquen este artículo, tengan la honestidad de hacerlo. Natalias Bedoyas hay en todos los partidos.