El 22 de febrero del 2019 Colombia conoció a Daniel Habif. Fue en el puente Internacional Simón Bolívar que estaba lleno a reventar. De todas partes de Colombia seiscientas mil personas iban a presenciar, bajo el sol furioso de Cúcuta, el Live Aid, el concierto que significaría el principio del fin del régimen de Maduro.
La persona que abrió un espectáculo en donde se presentarían Juanes, Alejandro Sanz, Miguel Bosé, Maluma, Juan Luis Guerra, Maná, y otras figuras de la música, era Daniel Habif, el motivador más famoso del mundo. Con un discurso mitad Pablo Coelho, mitad Marcos Witt, cautivó a una audiencia que esperaba ver caer en cuestión de horas al tirano. Nicolas, reconocido como un provocador, un hombre capaz de hacer encender a su público, gritó: “Nicolás, tú te pudriste antes de madurar... Nicolás pronto te hablará un pájaro; pero ese será un buitre anunciándote tu partida”. Dos años después nada de eso pasó pero Habif se convirtió en el gurú de figuras como James Rodríguez.
A los seis años Daniel Habif ya era famoso. Aunque había soñado con ser astronauta y luego arqueólogo por culpa de las películas de Indiana Jones, Habif tuvo que sobrellevar la dura culebra de ser famoso sin tener conciencia de sí mismo. Por lo general los niños estrella explotan pero él sobrevivió a todo, incluso a 180 comerciales que protagonizó, 130 obras de teatro en las que su rostro y su voz fueron ovacionados por un público que cada vez necesitaba más de él. Sin embargo tuvo suerte. Algunos de esos comerciales eran dirigidos por Alejandro González Iñarritu, uno de los directores más exitosos del mundo, y él supo ir puliendo su talento, acompasándolo. acostumbrándolo a la fama.
Sus papás lo trajeron de Sinaloa a Ciudad de México a los 5 años, en 1988. Su papá lo llevó a acompañar a su hermano quien iba a ser actor y un niño que iba a trabajar en una telenovela no fue, Habif se presentó y ahí quedó. Hijo de padres separados, su papá era militar e ingeniero. Nunca convivió mucho. Lo vio 10 veces en sus 38 años de vida. Su mamá fue su bastión, la que lo educó para ser la persona que es. Su papá murió cuando él tenía 30 años después de una larga lucha contra dos cánceres. Su papá era estricto, poder ganarle al papá lo enseñó a ser cinturón negro en retórica. Gracias a él fue puliendo su discurso, perderle el miedo a los auditorios. Es que no es lo mismo estar frente a una cámara siendo un niño a pararse frente a un estadio lleno.
A Habif le encantaba el rock and roll. Tuvo un disco que la disquera nunca sacó. Arrancó en Kids, en un grupo de niños como Dulce María, en los años noventa. Sin embargo en la adolescencia fundó un grupo de rock en donde él mismo escribía las letras. Era bueno para todo. Sin embargo nunca fue fiestero, no le gustaba la compañía de nadie y la pasa muy bien solo. Una de sus frases preferidos es “la soledad no te cambia, la soledad te hace lo que eres” o “si tú no sabes estar contigo es porque eres una pésima compañía”. A los veinte, después de estar despechado por su historia de amor no correspondido por la música, se volvió a cambiar la piel. Después de intentar tres años con la música y de fracasar empezó a hacer paletas frente a un colegio con su esposa. Eran paletas que tenía alcohol. Y la gente se emborrachaba y las vendía en Televisa. Fabricaba siete mil paletas a la semana. Ganó plata pero no quería ser paletero. La esposa embolsaba. Vendía las paletas en llevarlas en moto. Durante cinco años se cansó. Hasta que Televisa lo llamó de nuevo para ser presentador de un programa de música. Entrevistó a Bosé, a Maroon 5 y Enrique Iglesias. En ese momento hizo muchos contactos con la historia del entretenimiento.
En el programa empezó a aburrirse porque quería tener mayor control en Televisa. Lo corrieron. Sin desesperarse, puso una compañía que se llamaba Atomic. Representaba artistas y su primer concierto fue en un concierto en Polanco y cuatro años después pudo presentar a Kiss y convertirse en una de las mejores compañías de México. Pero, siguiendo sus preceptos, se equivocó por atreverse. Quebró en el 2014 y volvió a quedar en la nada. “El Fracaso no existe”. Cuando intentó traer a Van Halen se quebró, o lo quebraron. “Era una industria feroz y me destrozaron”. Perdió millones porque Van Halen le quedó de mal y tocó fondo. En ese momento, a los 34 años, pensó en quitarse la vida. Pero entonces, como Jim Morrison, el dolor se volvió su mejor amigo.
Aunque es el rey del positivismo sufre de ataques de pánicos y no los esconde, los dice, los reconoce y enseña a estadios enteros a domar sus miedos. “El miedo es un truco creado por tu mente. El problema no es el miedo, el problema es que te mantienes asustado”. Tuvo el coraje de levantarse, de enfrentar a los fantasmas y ser él. En el año de ruptura, el 2012, cuando se queda sin un peso, su papá muere, su mamá se muere de cáncer, él también se enferma de una extraña enfermedad que se reflejaba en cansancio permanente y en problemas de memoria. Entonces, dice irse con su esposa en un viaje al Canadá en carro. Y salió.
Primero se mejoró. Se ubicó en el problema, lo identificó y lo combatió. La enfermedad se daba por una garrapata que se le incrustó en un oído. Empieza un tratamiento y en tiempo record se cura, un año, cuando algunos pueden demorarse quince en la recuperación. Cuando se curó se fue al viaje con su esposa, quien le lleva catorce años, él empezó a llorar y le dijo que quería matarse. Ella, con frialdad pero con firmeza, le dijo “yo me casé con un valiente, y tú lo eres”. Sacó un celular y empezó a grabarlo. Le preguntó ¿Cómo te sientes? Y él, el día que se sintió más fracasado en su vida, se descargó frente a la cámara. Este es el video que en pocos minutos tuvo un millón de visitas. Este fue el video:
https://www.youtube.com/watch?v=ZLiXZWgHXWA
Y a partir de ahí empezó el éxito arrollador que se traduce en 2.550.000 suscriptores en su canal de Youtube, 218 millones de reproducciones y conferencias permanentes en Zoom por los que cobra una cantidad que aún no se hace pública. La mejor forma de ayudarles a sus clientes la tiene Habif contando su vida.
