Bucaramanga, Santander, 21 de abril del 2021.
Sr. Iván Duque
Presidente de la República de Colombia
Reciba un cordial saludo de parte mía.
Le escribo porque Colombia está en estado de máxima emergencia, pero no por ataques terroristas, sino que es nuestra sociedad la que está cayendo arrodillada ante las perversas manipulaciones del odio y la violencia que vuelven a retratar los tiempos más sangrientos y oscuros de nuestra patria. Pido nada más un momento de su agitada agenda, para que escuche mis jóvenes palabras que al son del viento vuelan, pero que muchos no las dejan pasar por la puerta del oído.
Verá usted que Colombia es un lugar espléndido y magnífico, considerado uno de los sitios más bellos del planeta. A pesar de que destacamos en biodiversidad, cultura, y poseemos vastas riquezas tangibles e intangibles; vemos y hemos venido viendo gracias a la historia como juez, que muchos no valoran lo que realmente tienen y niegan inclusive su propia raza solo por tratar de encajar en los moldes que ha hecho el gran pastelero de franjas azules y rojas.
Existen también otros que sí reconocen el potencial de estas riquezas, pero solo las utilizan para satisfacer sus impíos intereses. Y esta gran división, polariza más y más a cada uno de los sectores más recónditos del país, generando funestas consecuencias por el juego de la lucha de poderes.
“El hombre es un lobo para el hombre” decía el filósofo Hobbes, y hoy vemos a muchos lobos escondidos bajo la máscara descarada de corderos mansos. Sé que es preocupante ver en qué se convirtió nuestra amada Colombia: en un idilio de sueños rotos que nunca llegaremos a culminar.
Pero la verde esperanza aún no ha apagado su fulminante luz. Todavía podemos metamorfosear a nuestra querida patria encaminándola por un mejor sendero, y esto se logra quitándole impávidamente las caretas a la violencia y al odio, mostrando que nuestra luz se extiende más que la temible oscuridad de estos infractores de la sociedad humana.
Solo le pido un único, pero valioso favor, señor presidente, “comprender el entorno en el cual vivimos para cambiarlo de una forma positiva sin que afecte negativamente a la sociedad”. Entendiendo podremos influir positivamente en la vida de las generaciones presentes y las que han por venir, permitiendo que ellos sean quienes forjen la patria que anhelamos.
¡Ánimo! Señor presidente, usted tiene el balón en sus manos. Sáquele jugo a su gran liderazgo, y a sus talentos intelectuales, culturales, políticos y artísticos… Tiene todas las herramientas para hacer de esta nación un verdadero territorio de paz (bueno, en lo que queda de su mandato).
Como estudiante, estoy convencido de que escuchará estas propuestas que pueden contribuir a lo que usted tanto invita constantemente: Participar en la construcción de una Colombia armoniosa. A ello llegaremos si nos involucramos en la grata tarea de leer el mundo, ejercicio que no se debe tomar a la ligera.
Termino esta carta dando una reflexión personal: "Sé que en lo más profundo de cada ser humano siempre hay algo bueno, solo hay que ayudarlo a salir a flote".
Un abrazo afectuoso de un joven que interpreta todas sus actuaciones…
Atentamente,
Juan David Beltrán Gómez.
Estudiante UIS - Escuela de química.
