Desde los catorce años a Rigoberto Uran se le notaba su vena negociante. Prometió frente a la tumba de su papá, un humilde vendedor de lotería asesinado por paramilitares en Urrao, Antioquia, que saldría adelante y empezó por vender chance. La plata no le daba para alimentar a la familia y empezó a vender uniformes de ciclismo, fue mesero en el bar de una tía materna y hasta lavó carros.
Guerreándosela entre sus trabajos, luchaba por convertirse en un campeón de ciclismo y llegó a ser tan grande que a los 18 años se fue a vivir solo a Italia, a los 20 años ya corría en Europa, cobijado por una familia de italianos a quienes considera sus segundos padres. Desde entonces, se ha convertido en historia, Rigoberto Uran ni las terribles caídas que ha sufrido lo han detenido, de nada valió lastimarse un pulmón en la Vuelta a España 2019, continuó. Pero los años no llegan solos, a sus 34 años sabe que pronto deberá retirarse y que bien ha sabido salvar su futuro “echando pa lante cuando el ciclismo lo deje”.
De ser un joven vendedor de uniformes pasó a ser propietario de un imperio de ciclismo en una empresa a la llamó ‘Go Rigo Go’, vende ropa, uniformes de ciclismo, bicicletas, artículos que la complementan y hasta comida para resistir largas rodadas. Rigoberto cumplió un sueño que a los 14 años parecía prácticamente imposible: abrir 10 tiendas a nivel nacional en las principales ciudades, tiene tres en Bogotá, tres en Medellín, una en Cali, una en Barranquilla, una en Bucaramanga y una en Cartago.
Era el 2013, Rigo se adjudicaba la 10º etapa en el Giro de Italia. En el fue interceptado por efervescentes fanáticos y seguidores que le regalaron camisetas con su nombre y su rostro palpado en ellas. Entre la celebración y atención mediática, tuvo un momento de lucidez. Si vendía en las calles camisetas con su cara por que no hacer él lo mismo. Recién llegó a Colombia, su esposa, Michelle Durango, le ayudó con la parte técnica del proyecto. A Rigo si bien lo “atropellaba la tecnología”, tenía claro que quería vender camisetas primero en Medellín. Con una página web decente montada en internet, empezó atraer clientela y a recibir pedidos.
Rigo tenia muchos compradores, pero aun no había confeccionista. Se le adelantó al posible incumplimiento con llamadas personales a los clientes a diculparse y pedirles una espera. Las llamadas se convirtieron en la mejor propaganda y las ventas en la página se triplicaron. Se lanzó a producir 3000 camisetas que llegaron a casa de Doña Aracelly, su mamá. Rigo las repartía a cada uno de los clientes. Los ciclistas aficionados las compraban todas.
En el 2016 creo la marca ‘Go Rigo Go’ que se multiplicó- Aparecieron los inversionistas que Rigo no aceptó para quedarse con un emprendimiento familiar. Su creatividad no tiene limites: vende uniformes y, hasta un peluche que bautizó el “Toro de Urrao” que ha sido la sensación entre los niños.
Se inventó una línea de camisetas urbanas que diferenció con frases llamativas como “Yo qué voy a saber güevón”, que convirtió su camiseta en la más vendida en el 2017. Se refería a la inolvidable respuesta en el Tour de Francia cuando le preguntaron cómo había sido la caída que provocó Peter Sagan después de su codazo a Cavendish. Con esta declaración, casi que de principio, le tapó la boca a las preguntas estúpidas que suelen hacer los periodistas deportivos.
Sin embargo, el fuerte de Rigo no son los números, que se los delega a su esposa, la financiera del equipo familiar. El sigue siendo un ‘bacán’ y ciclista. Vendió 20 mil unidades durante la pandemia y mantuvo a sus ochenta empleados. El 30% de sus ventas son internacionales que le llegan a ciclistas de México, Estados Unidos, España, Australia e Inglaterra que apoyan su marca. La pandemia le aguo sus planes de abrir una tienda en Miami- y en Ciudad de México
La empresa no es lo único a lo que ha invertido. En el 2018 inició una carrera para ciclistas aficionados en Colombia: el Giro de Rigo que anualmente sería en un departamento distinto. Fue todo un éxito en Antioquia y el Eje Cafetero. Como no iba hacerlo, Rigo se las ingenió para llevar a la inauguración al ciclista más famoso de todos los tiempos, el británico Chris Froome quien quedó fascinado con Colombia.
Cada año, el Giro de Rigo atrae turismo a cada departamento en el que se realiza, Rigo hizo que el evento no solo fuera para ciclistas sino también para sus familias haciendo ferias y eventos de entretenimiento durante la carrera. Sin bulla y con persistencia Rigo esta asegurando su futuro para cuando las piernas no le den y tenga que bajarse de la bicicleta.