‘’Hay que recuperar, mantener y transmitir la memoria histórica, porque se empieza por el olvido y se termina en la indiferencia’’.
La anterior cita del escritor José Saramago no es más que una de esas frases contundentes que un país como el nuestro debería tener en su escasa memoria histórica, ya que no sería para nada exagerado concluir y mencionar que Colombia es un país sin memoria, es decir un país de la amnesia.
Hace ya algún tiempo leí un libro titulado Manual de funciones para ser un ‘’buen’’ colombiano (2019). En uno de los capítulos de este, específicamente en el seis que se titulaba El país de la amnesia, se mencionaba de manera airada y fehaciente la importancia de la historia y la memoria histórica para una sociedad como la nuestra. Allí en este capítulo el autor hacia preguntas como: ¿el pasado para qué?, ¿por qué es importante la memoria histórica?, ¿para qué y por qué es importante la memoria histórica en un país como Colombia?
Una de las grandes conclusiones que se pudo inferir o sacar de este texto, más allá de observar la importancia de la historia y la memoria para un pueblo, fue la infortunada relación entre amnesia y sociedad colombiana; un binomio imperfecto, irregular y poco recomendado que ha hecho que nuestro país se siga tocando la llaga de sus adefesios históricos, esos que hoy cuentan víctimas a por doquier y que ha hecho que las heridas de las violencias históricas se sigan repitiendo a pesar de su malévola historia.
Hoy 09 de abril no es solo un día en conmemoración a las víctimas de la violencia, también es un día para rescatar la memoria, no para recordar odios, sino para buscar y sanar una nueva historia, esa a la que estamos llamados a construir, siempre y cuando tengamos en cuenta que para ello necesitamos de todos y cada uno de esos que pensamos que este país merece una nueva oportunidad, un cambio, una resurrección como sociedad. Hoy 09 de abril merecemos decidir y rememorar que las víctimas de unas guerras no hayan muerto en vano. Hoy 09 de abril necesitamos que se termine la indiferencia.
Finalmente hago un llamado a todos los que están leyendo este artículo, más allá de su ideología o partido político, para que empecemos a perdonar, a pasar la página y buscar un nuevo país para esos que están por nacer, esos que merecen que ustedes y yo les dejemos un país donde a pesar de las diferencias se respete la vida y solo se controviertan con la palabra. Por una oda a la memoria.