El 2020, como para todo el mundo, fue un año especialmente difícil para Alejandra Borrero. Su gran proyecto, Casa Ensamble, sucumbió ante los rigores que impuso la cuarentena. Esa casa, que fue una caja de sueños, se cimentó al lado de su expareja y social, Katrin Nyfeler. Ella incluso fue quien vio esta casa de arquitectura futurista sesentera en pleno Park Way y la convenció de construir ahí uno de los centros del teatro más importantes de Bogotá. La relación se marchitó hace algunos años, Borrero se enfrentó a la soledad y a un proceso difícil de separación hasta que Alejandra encontró de nuevo el amor en Elizabeth Bateman.
La presencia de Elizabeth en su vida era indispensable y así fue como terminó enamorándose después de esa ruptura del pasado que había acabado con su tranquilidad. A la bogotana la conoció como una doctora que la ayudaría a encontrar eso que tanto buscaba: un poco de luz ante la tormenta. Ella era una médica cirujana de la Escuela Juan N. Corpas especialista en Medicina Familiar. Su trabajo iba más allá de la médica tradicional, sus clientes y allegados aseguran que había nacido con el don de sanar a todo aquel que acudía a ella en busca de ayuda.
'Eli', como la llamaban cariñosamente, trabajaba en lo más profundo del ser a través de la meditación para así reconocer los traumas y recuerdos que se transformaron en dolores o enfermedades resultando perjudiciales para la salud. Con experiencia de más de 20 años en medicina alternativa y medicina familiar creó la Fundación Conexión Bienestar y se convirtió en su Directora Científica con el propósito de acercarse a personas enfermas en un mundo que aún es incrédulo sobre la espiritualidad y sus beneficios.
Durante la cuarentena, Elizabeth se convirtió en la salvadora de aquellos que pasaban el confinamiento en soledad y al borde de la desesperación acudieron a ella a través de su cuenta de Instagram en donde compartía a diario sus terapias, consejos y meditaciones. Su fuerte: la sanación tibetana. No demoró en convertirse en un boom, sus seguidores superaron rápidamente los 25 mil y la catapultaron como una emergente influencer en un campo desconocido para muchos. Rápidamente, su éxito la llevó a convertirse en la terapeuta de los famosos. La presentadora Catalina Aristizábal, ha sido su fiel paciente en los últimos meses, los consejos y el tratamiento de la Doctora Bateman la han ayudado, según ella, a curar su cuerpo y alma. Al igual que la actriz Juliana Galvis para quien ‘Eli’ se convirtió en más que una terapeuta, una guía espiritual que transformó su vida.
Pero la vida de esta bogotana no solo giraba en torno a sus pacientes y fundación, sus dos hijos producto de su anterior relación, son su trabajo a tiempo completo. Su nueva pareja, Alejandra Borrero, mantiene una buena relación con los pequeños e inclusive antes de la pandemia eran sus invitados especiales a Casa Ensamble.
Cuando todo parecía marchar bien para Alejandra Borrero, el coronavirus tocó de nuevo la puerta de la actriz, el virus afectó con fuerza a su nuevo amor. Aunque sus familiares pidieron cadenas de oraciones por su pronta recuperación, su estado de salud era crítico y según sus pacientes fue internada en la Unidad de Cuidados Intensivo en donde duró casi dos meses. Alejandra Borrero acompañó a su nuevo amor durante su lucha contra el covid, nunca la desamparó con la esperanza que el calvario que vivían sería mañana una simple pesadilla.
La doctora Bateman perdió la batalla contra el coronavirus, así lo informaron sus hijos en su cuenta de Instagram hace 3 semanas.
Ver esta publicación en Instagram
Ver esta publicación en Instagram
Le podría interesar:
