Uno de los grandes mitos que le han querido imponer a los colombianos es que el gas natural es un combustible, que pesar de ser fósil, es limpio. Algunos afirman sin vergüenza alguna, que es “amigable con el medio ambiente”. Eso sencillamente no es verdad: el gas es un combustible altamente contaminante. Otra cosa totalmente diferente es que contamine menos que el carbón y que el fuel oil o la gasolina. Pero contaminar menos, no es dejar de contaminar. El símil más apropiado es entre dos barrios que botan basura al caño: el que uno solo bote las dos terceras partes o la mitad de la basura que el otro, no quiere decir bajo ninguna óptica, que es más limpio o más amigable con el caño que el otro.
El gas natural genera emisiones que causan graves daños en el medio ambiente y en la salud en dos campos: el primero de ellos es en la extracción y en el transporte. Según revista especializada, “las principales emisiones son en la extracción y perforación del gas natural de los pozos y su transporte a través de las tuberías lo que resulta en el filtrado de metano, un gas que en un periodo de 20 años puede 86 veces más potente incluso que el CO2. Estudios preliminares enseñan que las emisiones por metano cuentan con el 1 al 9 por ciento de las emisiones totales.” Otro documental afirma: “La industria del gas natural, que presenta como una alternativa limpia y segura al petróleo, lo que propaga es un mito. Fugas a largo plazo y contaminación del agua y el aire perjudica finalmente a las comunidades locales y pone en riesgo el clima debido a las emisiones de metano, potente gas de efecto invernadero.”
El segundo aspecto en el que gas natural es altamente contaminante es en el proceso de combustión. Aunque es verdad que la combustión de gas natural produce menos dióxido de carbono que el petróleo (en torno a un 15 -20% menos CO2 que la gasolina), el hecho es que libera otros gases muy contaminantes como mercurio y óxidos de nitrógeno y azufre, que además son los responsables de fenómenos como la lluvia ácida y el smog.
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Hace una década, la energía solar costaba más de 300 dólares por megavatio-hora vale 38 dólares en China
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En cuanto a la competitividad del gas natural, también es un mito. Según el diario eleconomista.com de España, “La energía solar y eólica terrestre son ahora las nuevas fuentes de electricidad más baratas para al menos dos tercios de la población mundial, amenazando aún más a las dos estrellas de los combustibles fósiles: el carbón y el gas natural. Hace una década, la energía solar costaba más de 300 dólares por megavatio-hora (una caída del 83 % de media) y el viento generado en tierra excedía los 100 dólares por megavatio-hora (un 56 % menos ahora de media). Hoy, la energía eólica terrestre cuesta 37 dólares en EE. UU. y 30 en Brasil, mientras que la energía solar vale 38 dólares en China, las fuentes más baratas de electricidad nueva en esos países.
Y el gas natural dejaría de ser competitivo si realmente pagara por la enorme contaminación que causa. Una parte importante de los países miembros de la OCDE, incluyendo Colombia, han implementado un impuesto al carbono que en Colombia se paga desde el 1 de enero de 2017. Lo que ocurre es que es tan grande el poder de los jugadores en toda la cadena de los combustibles fósiles, que ese impuesto es casi ridículo. (En el caso del carbón es inexistente). Para dar un ejemplo, mientras que el costo de remover una tonelada de CO2 del medio ambiente está entre los 100 y 200 dólares, el impuesto a los combustibles fósiles en Colombia es de menos de 5 dólares por tonelada de CO2. El gas natural (al igual que el carbón y el petróleo) van en coche: contaminan, pero el carbón no paga, y el petróleo y el gas una suma irrisoria. ¡Con razón afirman a viva voz que son más competitivos que las energías que no contaminan como son la solar y la eólica!
