Este día 11 de marzo, hace exactamente 4 años, la Registraduría Nacional para el Estado Civil iniciaba lo que ya marca para los políticos de todos los partidos y movimientos la cuenta atrás para las elecciones, el calendario electoral.
Con algunos amigos activistas y colaboradores concertamos esta foto con nuestros “agregados”, para así tratar de concienciar a la comunidad colombiana en el exterior de que se inscribiera y participara en elecciones.
De estas reivindicaciones haremos un recuento de lo que se ha hecho y el estado actual de cada una de ellas:
1. Pasaporte más caro de Latinoamérica
El incremento en el costo del pasaporte pasa por el impuesto de timbre que hasta el año pasado era del 47.8% sobre el valor del documento o cualquier trámite que realizaba un colombiano en el exterior.
Desde el año 2017, en el mes de enero hablaba de este tema:
Ver: ¿Qué hay que hacer?
Desde ese año 2017, en marzo solo se aplicó un descuento a este impuesto de timbre en Cuba y Europa. El resto de ciudadanos colombianos en el mundo no se ha visto beneficiado de ninguna mejora.
Frente al valor del pasaporte en Colombia, la relación costo en Colombia versus costo en Europa sigue siendo extremadamente alto.
2. Nos robaron la segunda curul: el país acabado a golpes de corrupción.
Frente a este tema, no ha existido ningún cambio. Al inicio de la legislatura, el 20 de julio de 2018, el que ahora ostenta la curul de los colombianos en el exterior presento un proyecto de adición a la reforma política que no paso, porque los miembros de su coalición de gobierno, el partido Conservador se le hicieron a un lado y la Representante María Jose Pizarro se abstuvo.
En el año 2020, se presentaron dos proyectos tardíos. Uno a través de la bancada del partido de los Comunes, y otro con el partido Alianza Verde. Desafortunadamente por falta de tiempo y la virtualidad en el Senado, ninguno de estos proyectos vio los cuatro debates correspondientes.
La Nación Colombiana en el Exterior aspira a que se logren acuerdos para poder mejorar la participación democrática sin tanto cálculo político, o afán de protagonismo al reivindicar un trabajo que no se lo han ganado con el esfuerzo y la participación de la comunidad. Seguimos igual.
La corrupción sigue igual o aún peor. Los indicadores de pobreza indican que las brechas económicas y sociales aumentan cada día más. Los cinturones de pobreza crecen a un ritmo desmedido y las alcaldías atienden con Esmad aun estando en pandemia. Soluciones aún no hay.
Ver: Comunidad colombiana en el exterior podrá recuperar la participación democrática perdida
3. Aportamos más de 4.5 billones de dólares a la economía
Fuentes del Banco de la Republica informa que el año 2020 ha sido incluso con la pandemia, uno de los años de mayores ingresos por remesas en Colombia. De manera preliminar se calculan ingresos de 6853,30 millones de dólares estadounidenses.
Seguimos aportando a nuestro país. Somos el segundo ingreso más importante después del petróleo. Desafortunadamente no tenemos un Lobby que le haga entender al estado colombiano la verdadera importancia de su migración, las inmensas cantidades de personas que solo ven en la migración la única salida a siglos de barbarie, violencias, carencia total de opciones para hacer un proyecto de vida digno.
4. No somos sujetos políticos para el estado colombiano, no reconocen el hecho migratorio.
El estado colombiano no ha reconocido el hecho migratorio. Durante tiempo hemos tenido que tratar de buscar una visibilización continua a través de plataformas ciudadanas. Algunas con éxito, y siguen trabajando buscando mejorar la calidad de vida de la nación colombiana en el exterior y otras donde habrá algún avivato, que solo busca un reconocimiento público de “líder”, por trabajo que nunca ha realizado y ni siquiera conoce, ve o entiende.
Al seguir en estas desavenencias y peleas tontas de, como se dice aquí en España “niñatos mal criados”, por cuestiones de egos y reconocimiento personalista e individualista, lo único que se logra es desvirtuar el verdadero trabajo de liderazgos colectivos, trabajo continuado en la calle, con la gente que si lo necesita. Nada más aquí en España ya son más de 102.000 colombianos en estado irregular, con denegaciones sistemáticas de asilos, refugio y protección internacional, en alto riesgo de exclusión social.
5. Mejoras en el servicio consular
Resulta endémico el proceso de nombrar amigos y familiares de políticos en Embajadas y Consulados. Generalmente son personas que no tienen ni la más remota idea de la Comunidad Colombiana residente en el exterior, sus necesidades económicas, políticas y sociales, y menos de la mejor forma de atención a las comunidades organizadas, asociaciones o activistas que tratan de hacer más fácil la situación de esta comunidad.
Ahora bien, si se nombra a un cónsul de carrera, estos no toman decisión alguna. Cuidan ese puestico de trabajo de una manera deliberada. De una manera deliberada, actúan al amparo del régimen de carrera y no asumen responsabilidades propias de un gerente que tiene a una empresa a su responsabilidad.
Uno ya no sabe qué pensar o hacer.
Ver: Funcionarias diplomáticas que si marcan la diferencia
6. No se apoya el talento del colombiano en el exterior
Seguimos teniendo ese vacío histórico. Todos nos ponemos felices al ver a personas triunfar en el exterior. Pero sus historias de vida están llenas de trabajos y grandes sufrimientos y necesidades.
En un informe de la revista Ethic, de Pelayo de las Heras define que: “La pobreza es, igual que una jaula, una cárcel asfixiante que atrapa a una parte cada vez mayor de la población. Para muchos de ellos es, además, un destino inevitable e injusto del que no se pueden escapar.”
Esta cárcel asfixiante es Colombia donde tienen que pasar 8 generaciones para salir de la pobreza extrema. Donde solo se ve la migración como la única salida a esta y no hay gobierno que en la actualidad haya presentado una sola solución a este problema.
Ver: En España los colombianos no somos vistos como una plaga
7. No hay presupuesto para mejorar la atención en los consulados
La verdad sea dicha, al no tener un marco de referencia real, es decir, al no existir un censo de población que determine una caracterización real de la migración colombiana que sea válido por Planeación Nacional y Planeación de la Cancillería, nunca se obtendrán los recursos necesarios para validar de una manera coherente, veraz y practica el presupuesto para la atención consular y el refuerzo al Fondo Especial para la Migración.
Ver: Desempleo, una de las grandes exportaciones de Colombia
8. 20 años de retraso en las políticas públicas migratorias.
Después del segundo debate del proyecto de Ley Integral Migratoria aún no se han dado las condiciones para que la nación colombiana residente en el exterior tenga cabida en ella.
No se tomaron en cuenta miles de propuestas, análisis y aportes de personas que son migrantes y conocen las realidades económicas políticas y sociales.
Este proyecto de ley Integral Migratoria que está siendo creada por personas que no son migrantes, es una ley que al igual que las anteriores (1465/2011) y (1565/2012) se convertirá en papel mojado al no tener en cuenta las verdaderas realidades económicas, políticas y sociales de la migración y ser un proyecto que no presenta acciones impositivas a las entidades que cubre, sino solo acciones propositivas, es decir, si al buen leal saber y entender del funcionario de turno le parece o no.
Ver: Colombia tendría una política integral migratoria por primera vez
Le pedimos a los colombianos y colombianas residentes en el exterior que no duden e inscriban sus cédulas y participen en el ejercicio de su derecho al voto. Somos aún parte de nuestro país y podemos hacer cambios para nuestra gente.
Seguimos y seguiremos trabajando de manera propositiva en espacios de construcción colectiva. Ni el individualismo, ni el arribismo (esnobismo) podrán dañar el trabajo de la nación colombiana en el exterior ni a sus activistas.
Seguimos construyendo comunidad colombiana en el exterior.