Nació en Popayán pero se crió en Cali y rápidamente empacó maletas para buscar futuro en otro destino: México y Estados Unidos. Y creció rápido. Fue un éxito en Telemundo donde fue la estrella de El Cartel de los Sapos y se ha codeado con actores de talla internacional y ahora se dedica a la productora familiar mientras hace caso omiso de las críticas en su contra por su matrimonio con una de las Santos
No tenia ni un año cuando Manolo Cardona hizo de Niño Dios en los pesebres navideños de su casa familiar en Popayán. En aquel entonces su papá, Javier Enrique, era el Alcalde de la ciudad, dedicado a la política intentaba sacar adelante cinco hijos. Soñaba con que Manolo estudiará finanzas y negocios internacionales, tal vez, un día seguiría sus pasos en la política o se convertiría en empresario. Nunca pensó que Manolo terminaría en la actuación, algo que para ese entonces no era considerado una carrera sino ‘cosa de hippies’.
La familia terminó mudándose a Cali. Mientras Manolo estudiaba con los jesuitas en el Colegio Berchmans, su pinta le abrió la primera puerta para ganarse una plata: lo contrataron para realizar una publicidad de zapatos. A escondidas de su papá, pero motivado por su hermano Frank, se presentó a una agencia de modelaje en Bogotá y la pinta de nuevo le ayudó. Lo llamaron para hacer casting en la serie Padres e Hijos, una competencia con 600 postulantes, sin inexperiencia pero con ganas de comerse el mundo se quedó con el papel. La serie que enterró en el olvido a la mayoría de su elenco fue el surgimiento de Manolo Cardona. Desde entonces no ha parado, lleva más de veinte años en la televisión, el cine y ahora es productor.
Mantiene la sencillez con la que fue criado en una familia de provincia normal a las que el apellido Santos no los descoloca ni los deslumbra. Valeria, su esposa, es simplemente su esposa.
La fama es una palabra que no existe en su vocabulario, ni siquiera ahora, cuando a los 25 años Manolo firmó un contrato de exclusividad con Telemundo, para protagonizar telenovelas y lanzarse al ruedo como presentador. Fue el rostro de eventos para People en Español. Pronto, se hizo conocido en todo Latinoamérica pero era ambicioso y aspiraba a incursionar en el cine. Así ocurrió, debutó en Hollywood junto a la ganadora del Oscar, Hilary Swank, en Prueba de Fe (The reaping) y junto a Sharon Stone en Border Run. No demoró para que Disney lo llamará, lo querían de inmediato en el film ‘Un Chihuahua en Berverly Hills’.
Nunca pensó que terminaría emparentado con el poderoso clan Santos. Bogotanos e influyentes con presidente en familia. Hace ocho años se casó con Valeria, la sobrina de Juan Manuel Santos. Hija de su hermano Felipe, el desordenado y bohemio de la casa, y de Gina Benedetti quien ahora es la esposa de Enrique, hermano de Felipe. Se conocieron cuando Valeria era directora de sostenibilidad en la gigante petrolera Pacific Rubiales que se disolvió, mucho antes de que tomara la ruta mediática, muy de la familia Santos, que la puso a trabajar en Blu Radio.
Manolo alcanzó el éxito en la televisión y el cine pero quería más. Junto a sus hermanos Frank y Juancho crearon la productora 11:11. El proyecto era ambicioso quería darla a conocer por todo lo alto y llevó a las salas de cine El cartel de los sapos, su esfuerzo se reconoció cuando la película fue escogida para representar a Colombia en los premios Oscar a mejor filme en lengua no inglesa. Con su productora Manolo le provee contenido al Canal RCN, pronto se extendió a México para TV Azteca y Claro Video ganándose terreno en República Dominicana y así ha ido ampliando el horizonte del mundo de la actuación al del empresario de la televisión.
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