La fría noche sabatina, luego de un día humedecido en su totalidad, contrasta con el ambiente que apenas empieza a calentarse en la calle 64 entre Avenida Caracas y Carrera 13, dónde se ubica este escondido lugar.
Si usted llega antes de las 8:00, se encontrará con una pared negra que no conduce a ningún lado. No apele a la lógica y mucho menos suponga que entonces El Titicó está en el segundo piso del edificio en cuestión. Si usted sube por la escalera que en principio parece ser el único camino a seguir, hágalo bajo su propio riesgo, pues podrá terminar metido en el Dark Night Club, un sitio de orgías y shows de sexo gay, a dónde no entra nadie con la ropa puesta. No diga que no se le advirtió.
Por el contrario, si usted es paciente y espera unos minutos, podrá ver cómo puntualmente a las 8:00, la pared negra que no parece conducir a ningún lado, se transforma en una puerta abierta que da entrada a El Titicó.
Atravesando tal puerta, a la derecha, hay dos bolas de disco cuyo girar potenciado por el espejo frente al cual están ubicadas, se roban toda la atención. Imposible es no asociarlas con las que se veían en las minitecas de los noventas, pese a que diseñado por el arquitecto y dj Johnny Trujillo, el concepto del sitio se remite dos décadas más allá, emulando a los griles de la época dorada de una Cali salsera. Siguiendo ese estilo tenemos al lado izquierdo de la entrada hay toda una colección de fotografías autografiadas por diversos cantantes salseros, que para cualquier melómano caleño constituye una joya invaluable digna de contemplación.
Tras una breve observación del sitio y un par de canciones de Celia Cruz, llega Alejo Ramírez, Gerente de Distrito Empire Group, -misma empresa que maneja bares como el popular Radio Berlín en La Macarena- los nuevos propietarios del sitio que hasta hace poco perteneció a Tuti Mejía y Patricia Castañeda. “A ellas les agradecemos mucho porque durante tres años posicionaron este sitio y nuestra idea es mantener exactamente el mismo ambiente que se ha manejado”.
Este sitio pretende hacer a sus clientes sentirse como en cualquier otro bar que bien podría encontrarse en el tradicional Juanchito de la capital vallecaucana, lo hace tanto desde su estética como desde su música, desde dónde pretenden brindar una oferta elaborada por los distintos ritmos que componen la salsa, así como también de presentaciones en vivo de artistas, tanto reconocidos y nuevos, como por ejemplo Rebambaramba que hace pocas semanas tuvo una presentación. “Nos gustaría también servir como plataforma para artistas que están buscando hacerse un lugar en el mundo de la salsa”.
A diferencia de la gran mayoría de sitios de la 82, el código de vestimenta es inexistente. Siendo fieles al desparpajo y frescura propia del caleño, aquí se puede venir a rumbiar hasta en tenis. El Titicó se ha caracterizado por ser un espacio alternativo, no convencional que se ubica por fuera de cualquier Zona T, G o Rosa de la ciudad. “Nuestra idea es que esto sea un proyecto más que comercial o de entretenimiento, que sea de cultura. Aquí queremos es que suene salsa pura, no lo que está de moda”. Comenta Alejo en su no menos caleñísimo acento que el sitio en cuestión. “Esto es un pedacito de Cali en Bogotá”.