Yesíd Reyes se encontró en su primer día como ministro de Justicia con el chicharrón del hacinamiento en las cárceles de país. El sindicato del Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario representado por el dragoneante Óscar Robayo asegura que 120 mil detenidos viven, literalmente, apretados en 138 cárceles capaces de albergar solo a 76 mil personas. La Modelo y La Picota en Bogotá, Bellavista en Medellín, Villahermosa en Cali y La Modelo en Barraquilla, tienen triplicado el número de reclusos sobre su capacidad real. Ese es justo el motivo que llevó al menos a 1000 guardias del Inpec a declararse en huelga de manera indefinida desde este jueves. Los guardias conviven día y noche con los presos, recorren por dónde pueden los pasillos atascados de colchones y respiran los putrefactos olores que de estos se generan. Las celdas como los baños no dan abasto. La misma situación se presenta en las Unidades de Reacción Inmediata, donde los policías llevan a quienes detienen en las calles de las ciudades por robar, protagonizar peleas, vender o consumir drogas, etc. A eso se suma una petición de aumento a sus Salarios que les prometió y no cumplió el ahora ex ministro Alfonso Gómez.
Foto: Eliecer Santanilla
