Antes que nada quiero aclarar que esta es la opinión de un fanático del Pulso del Fútbol que no se resigna al bajonazo que sufre el programa desde que se fue Iván Mejía Álvarez. No tengo nada personal contra César Augusto Londoño y entiendo las razones que tiene para hablar mal de Las 2 orillas cada vez que puede. Acá se le ha dado sin contemplaciones al programa a pesar de que lo sigamos escuchando. Yo al menos lo escucho todo los días y sigo con mi ritual de lavar platos teniendo sus discusiones como fondo. Es casi una terapia, una técnica de meditación. César Augusto es un trabajador compulsivo, que duerme cuatro horas diarias y forma parte de la historia del periodismo de este país. Tiene criterio y todavía muchos le agradecemos la noche que nos dijo "país de mierda" después de que mataran a Jaime Garzón. Extraño a ese César Augusto, capaz de contradecir al poder, de cuestionarlo. Sin embargo uno no envejece, uno empeora, y por eso hay que saber retirarse a tiempo.
Desde que Jorge Augusto Cadena acabó con el Cúcuta Deportivo no tengo muchas razones para seguir la Liga. Las canchas, los partidos, esa cantidad de empates sin goles, justificados por el tándem Rentería-Londoño diciendo que son partidazos y que la gente debería de ser tan exigente, que los goles son lo de menos, me quitaron cualquier interés por el fútbol colombiano. Pero igual no me pierdo mesas de análisis, sobre todo la que dirige Pacho Vélez todos los días a las nueve de la noche -¡qué grande es Nicolás Samper!- y sigo ahí, fiel como el mal aliento al Pulso. Por eso, no se me pasa una.
Hoy quiero centrar mi crítica al programa en algo horrible que está haciendo César Augusto Londoño y que nunca había visto antes en Polémicas Futboleras: la preocupación por las finanzas de un club. ¿A los hinchas de Millonarios qué les va a importar tener consideración con las finanzas de Gustavo Serpa? Ellos quieren que su equipo se gaste la plata que sea necesaria para sacarlos campeón, sin importar los evidentes problemas económicos que pueda tener la pandemia. ¿Es que el señor Londoño se volvió íntimo de los dueños de los clubes como para borrar del programa lo que pasa con el Once Caldas? Uno de los dos únicos equipos nacionales que conquistaron la Libertadores lleva diez años sin un título. ¿Su cercanía con Tulio Mario Castrillón se transformó en amistad y por eso no puede criticar a los amigos? Caldas lleva una pobre campaña, está casi de último, y en el programa no se critican proyectos deportivos.
Terrible eso maestro César Augusto, terrible que su programa no se preocupe por lo único que les importa a los periodistas realmente comprometidos: el bienestar de los hinchas. Usted tiene un compromiso es con la afición y está ahí para fustigar los fracasos. Deje a un lado los hipotéticos compromisos personales que pueda tener con los directivos de los clubes y ponga el dedo en la yaga. Deje por un momento de servirle como vendedor estrella a Win Sports y piense por un momento en el papel que debe cumplir el periodismo de decir la verdad: estamos en la B del Continente, sin equipos que superen la primera ronda de la Libertadores desde el 2017, sin figuras, con jugadores desesperados por irse a jugar al exterior porque saben la verdad, que el fútbol colombiano es sólo un trampolín, una oportunidad para saltar a ligas realmente competitivas.
Periodismo cómplice como el suyo ahondan más una crisis que parece definitiva, una crisis que ya deja de ser exclusiva de los clubes y que empieza a tocar a la Selección Nacional. Más seriedad por favor, y más honestidad. Miren la manera como Peláez y De Francisco se están posicionando estando de lado no sólo de los hinchas sino del pueblo colombiano que está cansado de los Santodomingo, de los Ardila, de los Sarmiento Angulo, todos esos poderosos por los que usted le ha dado la espalda al oyente de a pie, ese que espera estar representado en la voz de un líder de opinión como debería ser usted.
Aguántese las críticas, los medios no eran como cuando usted era joven, que usaban la misma cobija para cubrirse los pies. Una cosa es ser buen colega, otra cosa es ser cómplice. Yo creo que la evolución del periodismo deportivo va ligado directamente al desempeño de los deportistas de un país y el Pulso del Fútbol cada vez se parece más a nuestra miserable Liga BetPlay.
