No ha empezado bien la temporada 2021 y ya Nairo Quintana se siente frustrado. El boyacense esperaba estar en la Vuelta a España y en el Giro de Italia, dos competencias que le venían como un guante a sus condiciones ciclísticas. Estapas llenas de montaña y con puertos largos y altitud máxima, características que le vienen muy bien a los escarabajos. Pero el Arkea, al no pertenecer a la élite del ciclismo mundial, no fue invitado a esas dos vueltas y le tocará centrarse en un Tour de Francia que, por primera vez desde el 2013, no lo tendrá como favorito.
Nairo se centrará en intentar ganar etapas, clásicas de segunda nivel. Está frustrado y el país también. Nos quejábamos del trato que recibía por Unzúe y los españoles de Movistar. Nairo quería desquitarse en el Tour. Venía bien físicamente pero una caída derribó su ilusión. El Movistar lo tenía como uno de sus líderes pero la llegada de Mikel Landa en el 2018 desbarató su confianza. Tenía que cambiar de equipo el colombiano pero tampoco necesitaba irse a la B.
Tiene 31 años y por lo menos cuatro años en buen nivel. Pero no nos llamemos a engaños, su llegada al Arkea significa un duro retroceso para él. No estar en dos vueltas que ganó y donde quería repetir, le partieron el corazón.