Hoy existe la gran necesidad de rescatar una sociedad que está sucumbiendo bajo el aspecto de lo negativo.
Jóvenes de las comunas del puerto más importante sobre la geografía colombiana estamos pidiendo a gritos una oportunidad y un ingreso social para nuestras comunidades, que tanto aportan al desarrollo económico del país.
En nuestros territorios se han enquistado la violencia y la guerra, que aunque no son de nosotros, nos las han traído para que dejemos nuestras tierras y así desarraigar muchos años de tradición palafita.
De ese modo, la oligarquía colombiana y sus aliados puedan entrar a nuestros territorios, que con tanta lucha y esfuerzo construyeron nuestros ancestros, y hacer de ellos una industria.
Con eso en mente, este conflicto lo han generado para que las personas puedan dejar sus terrenos en venta y la maquinaria económica anarquista las despoje de su propiedad por un precio injustificado.
Por eso nos niegan las ayudas sociales, por eso nos excluyen del sistema educativo y por eso nuestra tierra no evoluciona... nos quieren tener subyugados a unas políticas que solo favorecen a un sector de una sociedad fascista, pero se olvidan de que somos un pueblo que lucha y resiste.
Ahora bien, jóvenes de Buenaventura, nosotros tenemos el poder. El Estado colombiano depende de nosotros más de los que nosotros dependemos de él.
Somos dueños del territorio. Despertemos juntos. Ya es hora de que esta sociedad que tanto nos ha excluido, marginado, señalado y sofocado con el calor del abandono estatal se dé cuenta de que somos una fuerza transformada, capaz y que se está preparando para la toma del poder. Porque el poder es del pueblo y el pueblo es mayor que sus dirigentes.
Reitero, jóvenes de Buenaventura, el futuro de una sociedad nueva y en la que nuestros hijos puedan crecer en una Colombia con garantías de inculpación e igualdad hoy está en las manos de nosotros.