El bordado heredado de las abuelas es fuente de trabajo y estabilidad económica en tiempos de pandemia. Agua Bendita ofrece formación e independencia a sus colaboradoras, que en su mayoría son madres cabeza de familia. Las primeras mujeres empezaron a formarse como líderes y a capacitar más. Hoy son un colectivo de 700 costureras.
Esta es su historia: