La policía se la tenía montada al joven Harold David Morales. Cada vez que lo veían en las calles del barrio San Francisco de Cartagena lo cacheteaban, le gritaban, lo amenazaban "si sigues jugando fútbol te vas a morir", haciendo referencia a un amigo del muchacho que la misma policia había matado en julio del 2020.
Estamos en agosto del año pasado. Harold está a punto de ser titular de un equipo sub-20 de Cali. A los 17 años tiene condiciones para llegar. Su mamá lleva la mitad de su vida vendiéndole cosas a los turistas que visitan las playas de la heróica, pero se quedó sin trabajo después de que, por culpa de la pandemia, se ordenaran cerrar las playas. Así que Harold debe devolverse al barrio San Francisco y trabajar para ayudar a su familia.
En Cartagena la pobreza azota al 26% de la población. San Francisco es uno de los barrios más pobres. A la delincuencia común se le suman la violencia que ejerce sobre ellos la policía. Vecinos del sector dicen que es "la peor pandilla que azota al barrio", cada vez que entran a las casas lo hacen para robar. A Harold se la tenían sentenciada hasta que un día lo vieron en la calle y empezaron a patearlo. Los vecinos salieron, le recomendaron que escapara, después de correr un puñado de metros un policía le disparó en la espalda y lo mató.
Hasta el momento los tres policías implicados en este nuevo asesinato esperan la sentencia. En el barrio San Francisco quieren que los juzgue la justicia civil para que exista una condena real. En los barrios pobres de Cartagena están hartos de la policía.