Colombia está indignada con las amenazas de muerte que ha recibido en las últimas horas el activista medioambiental y defensor de la vida Francisco Vera Manzanares, de tan solo 11 años. Ello nos muestra que en Colombia no importa que tan joven se sea, ser un defensor de la vida y los derechos humanos parece ser un pecado.
El caso de Francisco Vera no es aislado, la persecución contra defensores de derechos humanos alrededor del país se intensifica cada vez más e incluso empieza a afectar a los jóvenes.
Podemos ver casos representativos como el de:
- Julián Rodríguez Sastoque (24 años), concejal de Bogotá por el Partido Verde, quien a lo largo de su carrera como activista por la paz ha sido perseguido por sus debates y denuncias, tanto en la alcaldía de Bogotá como en la ONU.
- Francia Márquez (39 años), activista y ganadora del Premio Medioambiental Goldman, quien se ha destacado en la lucha contra la minería ilegal en Colombia y ha denunciado la sistemática violación de derechos humanos en Colombia en diferentes países como Estados Unidos, Panamá, Cuba, Suiza, Francia y entre otros.
- Ángelo Cardona (24 años), activista y ganador del premio al icono Inspirador del Siglo XXI, quien representa a América Latina ante la Oficina Internacional por la Paz y ha denunciado la violación de derechos humanos en Colombia en el Parlamento Británico el Parlamento Alemán el Senado de la Nación Argentina y la ONU.
Estos por mencionar algunos. Sin embargo, otros muchos activistas y defensores de derechos humanos en Colombia día tras día sufren persecución por su labor sin importar su edad. Los asesinatos no cesan alrededor del país y al parecer el único pecado de estas personas ha sido luchar por los derechos humanos y la vida.
Las amenazas contra Francisco Vera y cualquier otro activista deben ser investigadas a fondo. Colombia no puede seguir normalizando el constante ataque y hostigamientos contra aquellos que luchan por un país mejor.