Hablando claro, de todo un poco

Hablando claro, de todo un poco

"Lo que comenzó como un juego ha terminado en tragedia, ojalá se encuentre nuevamente el camino de la democracia". Una perspectiva sobre la presidencia Trump

Por: José Díaz - Editor de Panorama Latin News
enero 12, 2021
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Hablando claro, de todo un poco
Foto: Twitter @realDonaldTrump

Todo esto comenzó como un juego. El día que Donald J. Trump decidió lanzar su candidatura a la Presidencia de los Estados Unidos, todo lo que él quería según su exabogado Michael Cohen era desarrollar una marca para con ella hacer más dinero o recuperar el que perdía por sus malas decisiones y peores negocios.

Y como en los juegos, el azar le jugó una mala partida a los políticos de carrera que compitieron contra el comerciante que, con desfachatez, ironía, apodándolos y burlándose de ellos, con argumentos xenófobos y populistas encontró a un mal parado Partido Republicano que lo siguió sin medir las consecuencias.

El discurso de Trump removió el delgadito papel celofán que hacía pensar que el racismo había desaparecido o era mínimo en la nación, calumnió a diferentes grupos étnicos acusándolos de esto y aquello, ganó el apoyo de miles que erróneamente creían que ser musulmán es sinónimo de ser terrorista, cargó contra los chinos a quienes acusó de la desgracia económica de este país olvidando que los causantes del progreso chino en buena parte son los que acudieron al país asiático para comprar sus malos productos a precios de regalía y hacer su agosto embarque tras embarque, no era ni es cuestión de calidad, era y es cuestión de ganancia. Se burló descaradamente de las mujeres y a pesar de ello logró el apoyo de muchas señoras que confundidas en el concepto de lo que es la dignidad entendieron que el candidato Trump estaba en lo correcto y que cuando uno es famoso pues puede enamorar a una y otra sin límite ni respeto.

En un país construido por inmigrantes, como es este, hijo de inmigrantes, casado tres veces, dos de ellas con mujeres inmigrantes (la checa Ivana Zelníčková y la eslovaca Melania Knauss), dijo que suprimiría la inmigración, “bueno no toda porque me gustaría que llegara mucha gente de Noruega” dijo en una ocasión. No solo prometió un muro en la frontera sur, sino que repitió hasta el cansancio, muchas veces con el coro de la muchedumbre como telón de fondo que el muro sería pagado por México, país que ha visto levantar varias secciones del mismo, pero que como todos sabemos no ha puesto un centavo para el mismo.

Desde hace años promovió la idea que Barack Obama no era ciudadano estadounidense, culpó a Obama de esto y aquello y prometió terminar el Obamacare lo que no logró y peor aún nunca presentó un plan para reemplazarlo, no un plan adecuado, ningún plan. Y seguía aplaudiendo mientras estaba en tarima y comenzó a repartir las gorras rojas con el mensaje de “Make America Great Again” que cautivaron a muchos. América no había dejado de ser grande, pero apelaba a la manipulación para lograr los votos de quienes descontentos con el estamento le apoyaron en las elecciones que perdió por voto popular contra Hillary Clinton, pero que ganó gracias al sistema del Colegio Electoral de los Estados Unidos que decide a través de los delegados quien obtiene la mayoría de esos votos y se convierte en el próximo presidente de la nación.

El ego de Donald J. Trump se infló más aún de como estaba. Él no quería y no podía ser menos que Barack Obama, eso creía. Con la anuencia de su consejera Kellyanne Conway y ante las fotografías que mostraban lo contrario afirmaron que más gente asistió a la posesión de Trump que a la de Obama. Al cuestionarla en el programa Meet the Pres, la señora Conway lanzó la famosa frase “hechos alternativos” que abrió la puerta a la gran cantidad de mentiras que el Presidente Trump (más de 20.000, según diferentes estadísticas mostradas) continuó diciendo durante los años de su mandato incluyendo la del fraude electoral que encontró el rechazo de varias decenas de jueces y la provocación que desató los bochornosos hechos en el Congreso de los Estados Unidos el pasado 6 de enero que causaron la muerte a cinco personas.

Trump no ha sido disimulado para esconder su superego. Muchas veces se llamó a sí mismo “inteligente o el más inteligente”, “nadie sabe más que yo de esto o de aquello” y muchas más, pero la perla de todas es haberse catalogado como “el mejor presidente de los Estados Unidos después de Abraham Lincoln” me pregunto ¿qué le ocasionó ese respeto especial por Lincoln?

Le escuché muchas veces en sus arengas políticas y eran una repetición de la repetidera con mucho populismo, poca esencia política y menos planteamientos propios de un dignatario. Acusaba a sus detractores y se burlaba de ellos, en eso es un especialista. Usted se imagina si ese es su comportamiento en público ¿Cómo tratará a sus subordinados en privado? No recuerdo fórmulas que haya presentado para el bien y el avance de la humanidad. Se burló del cambio climático. La crisis del coronavirus, enfermedad que dijo tener bajo control y de la que como otros mandatarios, el inglés Johnson y el brasilero Bolsonaro se burlaron en un principio, ha causado hasta el 12 de enero de 2021 más de 375 muertes en los Estados Unidos, al menos 204.000 en Brasil y 81.960 en Inglaterra. El estricto control y el aislamiento de los infectados, el uso del cubrebocas, la sana distancia y el lavado de manos practicado con rigurosidad en determinados países ha permitido mantener bajos los niveles de contagio y ha minimizado las muertes, pero como sabemos una nueva cepa se riega por todo el mundo. Debe de ser una política estable y duradera en que el Estado proporcione ayuda económica a sus ciudadanos para que pueda demandar de ellos la disciplina adecuada no una política tibia que funciones unas pocas horas del día o de la noche que a largo plazo será una política fracasada que es la que se está usando en muchos países del planeta.

Los que incursionaron el 6 de enero en el Congreso de los Estados Unidos deben de ser castigados con la rigurosidad de la ley. Allí hubo de todo, cinco personas fallecieron, como anoté antes. Se atacó la democracia, un puñado porque eso es lo que eran, un puñado de seguidores de Donald Trump esperanzados en que el presidente los defendería hasta el final asaltaron la nación, agredieron la democracia, embistieron la paz, atacaron la voluntad popular, aprovecharon para saquear, despojar, hurtar, robar y delinquir. A lo mejor el presidente Trump dirá que entre esta gente había gente decente como lo dijo cuando los sucesos de Charlottesville en VA. Lo cierto es que todos estos que dieron ese salto hacia perder su libertad porque seguramente serán y deberán ser enjuiciados se quedarán esperando el respaldo de su presidente e incitador porque al mejor estilo de la República Bananera, como fue el suceso, el líder correrá buscando salvar su pellejo. Después del 20 de enero Donald J. Trump estará bastante ocupado y comprometido enfrentando la justicia desde diferentes frentes que le harán vida de cuadritos.

Trump ha sido una persona difícil de entender, mas no de leer. Él le ha apostado a la palabra halagadora cuando la necesita, a la hiriente cuando la requiere, pero ante todo al populismo que lo llevó a ganar el respaldo de millones de personas que cansadas de los líderes de siempre encontraron en él al líder buscado, uno que les hablara a calzón quitado.

Empresas grandes como Morgan Stanley, Marriott, Dow, AT&T, Coca-Cola y Airbnb, bancos importantes como Goldman Sachs, JPMorgan Chase y Citigroup han interrumpido sus donaciones políticas.

Bill Belichick, el entrenador de los New England Patriots, dijo que no aceptará la Medalla de la Libertad que le ofreció el presidente Trump.

El ex gobernador de California el republicano Arnold Schwarzenegger comparó el asalto al Capitolio con los Nazis y dijo además que el Presidente Donald Trump, un líder fallido pasará a la historia como el peor presidente de esta nación.

Los senadores republicanos Ted Cruz y Josh Hawley han sido objeto de infinidad de críticas y su renuncia les ha sido pedida muchísimas veces por miembros de ambos partidos.

Los demócratas de la cámara de representantes, citando el artículo 14 de la Constitución de los Estados Unidos que se refiere a “incitar violencia contra el gobierno de los Estados Unidos”, han pedido la destitución del presidente Trump y le han solicitado al vicepresidente Pence que invoque el artículo 25 de la Constitución para retirar al presidente Trump de su cargo.

Lo que comenzó como un juego ha terminado en tragedia, ojalá se encuentre nuevamente el camino de la democracia, el de la discusión civilizada, se eviten las muertes y la sociedad regrese al camino de la verdad en donde la mentira y las noticias falsas no tengan cabida, un poco utópico, pero soñar no es malo y mantener la creencia de que vivimos en el melting pot del planeta es favorable.

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